martes, 17 de junio de 2014

YO NO SOY UN AMANTE DE LOS ANIMALES



La última publicación, “Mi doble moral”, tuvo la intención de introducir y de curarme en salud para esta publicación.

De niños todos tenemos la fascinación por los animalitos, nos encanta ir al zoológico, tener un perro o un gato de mascota, acariciar un conejo en la tienda de mascotas, y soñamos por alcanzar una paloma de las que están en el parque para acariciarla… y lo intentamos una y otra y otra vez; pero las palomas son muy rápidas, sin embargo no pierdes la fe y sigues intentando agarrar una. 

La cultura occidental es chistosa, escoge temas de interés por moda y se apasiona por ellos dejando otros más sensibles pero menos populares aun lado. Por ejemplo, actualmente está la lucha por el respeto a los homosexuales; está perfecto, hay que respetar a todo el mundo; pero esa misma gente que se indigna si tratas mal a alguien por su preferencia sexual, pueden ser los mismos que ataquen a alguien más por su creencia religiosa; me parece absurdo. O peor aún, los mismos gays atacan y ofenden a otros gays si no salen del closet o si deciden tener (honestamente) una pareja del sexo opuesto. O están los lugares exclusivos gays donde te discriminan si tu no lo eres. Me parece absurdo. 

El tema del cuidado y la conservación animal es igual, es un tema de moda y la gente se suma a esta loable causa. Todos hemos visto esos vídeos de animales enjaulados sangrando, de esos animalitos tipo mapache que son desollados vivos para vender sus pieles, de la matanza a machetazos de ballenas en las orillas de un mar que ya es rojo por la sangre derramada. Es terrible, solo al recordarlo me enferma; no hay duda que los humanos podemos llegar a niveles monstruosos. 

Debemos ser seres éticos tanto con los hombres como con los animales, tenemos la responsabilidad de no hacer sufrir a lo que sea capaz de sentir el sufrimiento y creo que hasta aquí todos estamos de acuerdo. 

Hablando de ética, de los animales y de la monstruosidades que podemos hacer, hay gente que toma una postura proactiva al respecto, se crean asociaciones en defensa de los animales, albergues, santuarios y muchos se suman como voluntarios. Es una misión que la gente se autoasigna y que hace mucho por informar y reducir el impacto negativo del hombre a los otros seres. Y es que todos necesitamos autoasignarnos una misión, las personas vivimos a base de misiones, de objetivos, de ideales que nos definen y que nos dan un propósito de vida. Por eso veo muy natural que hayan amantes de los animales, incluso radicales fanáticos de esta causa, porque la gente loca hay hasta en las instituciones con fines más honestos. Y es aquí donde “la puerca tuerce el rabo”.

LA DICTADURA DE LO CORRECTO 

Soy una persona que cree que hay que respetar toda vida, ya sea humana o animal; incluso las plantas que no tienen sistema nervioso y hasta donde entiendo, no sienten, así también se demostró en los cazadores de mitos… pero no soy experto en el tema… de hecho no soy experto casi en ningún tema. 

El fin no justifica los medios, y locura e ira contenida siempre habrá en cualquier ámbito. Hace unos meses una amiga publicó en Facebook un enlace a una nota fuera de contexto de un locutor de radio en la cual tachaba a los protectores de animales de estúpidos, ociosos y … no recuerdo el otro adjetivo. Al leerla muchas personas comenzaron a poner insultos contra el locutor, a desearle la muerte, y una variedad de agresiones bastantes intensas.

Éste es un buen ejemplo de las reacciones de mucha gente “amante de los animales”; un debate es poco usual en estos ámbitos, estas personas de inmediato recurren a insultos, juicios drásticos y amenazas. Si los amantes de los animales son así, entonces yo no quiero ser un amante de los animales, no quiero que me asocien con esa gente. 

Por su puesto que en esta ecuación está el efecto “valentía del anonimato”, es fácil ser valiente desde un teclado; pero me ha tocado ver a alguien hablar sobre el maltrato animal con un odio que me hizo temer y pensar: “Mejor ni la interrumpo o en cualquier momento me tira su teléfono en la cara.” 

¿Desde cuándo el odio y las agresiones son la solución para el odio y las agresiones? Claro, al ver esos vídeos de masacre a animales, yo también quiero meterme en la pantalla y agarrar a patadas a los asesinos, pero una cosa son los que matan y otros lo que hablan. 

DIALOGANDO DE ANIMALES

A raíz de este fenómeno del cuidado animal, de prohibir animales en los circos, de linchar a quienes no piensen como uno; me he puesto a leer y escuchar algunos argumentos y puedo concluir algunas cosas:

  • Por más que me duela, los ambientalistas no tienen un plan definido para el rescate animal. Una vez prohibido el uso animal en los circos, no hay santuarios, no hay fondos económicos, no hay ni siquiera una jurisdicción para hacer algo con los animales que ya no trabajarán en un circo. Ojalá lo pudieran tener para que los animales tengan un buen fin. 
  • En redes sociales y en medios de comunicación, los amantes de los animales resultan ser más iracundos, drásticos, absolutistas y cerrados al diálogo que dictador norcoreano Ojalá fueran diferentes para en verdad atraer más moscas con miel, en vez de alejar una mala imagen. 
  • El partido Verde ecologista de México se suma a la “modita” del cuidado animal, pero tampoco tiene un plan sólido de rescate animal, sobre todo por el argumento definitivo: NO hay santuarios para llevar a los animales rescatados. No se trata no más de decir No, No, No; hay que ver más allá.
  • Todos hablan de la tauromaquia, de los circos, pero … ¿Y la charrería? ¿Han visto como tratan al ganado allí?, ¿Y las competencias ecuestres? ¿Y los hipódromos? Nunca he escuchado que alguien se queje del uso de los caballos. ¿Y los burros que trabajan en las granjas?, ¿Y los zoológicos? también son lugares donde se encierran animales y donde difícilmente tienen una vida similar a su vida salvaje. ¿Y las granjas donde se matan vacas, cerdos, pollos, etc.? En la publicación anterior hablaba de la doble moral, y aquí se refleja la doble moral de la mayoría de los amantes de los animales. 
Por ahora con estas 4 cosas me desahogo. 

NO CREO QUE SEA LA FORMA

Yo, como todo el mundo racional, deseo el bien de los animales, deseo que no sufran, que los dejemos en paz en sus hábitats naturales, que nadie trafique, cace, someta o atropelle a ningún animal; pero:
  • No creo que el dar un “like” en Facebook sea la forma. 
  • No creo que insultar y amenazar a la gente que no piensa como tu sea la forma. 
  • No creo que prohibir sea la forma. De hecho (spoiler de la próxima publicación), prohibir algo por gusto personal jamás es la forma, eso es dictadura.