Mi blog navega entre lo serio y la broma, y el experimento de esta ocasión sigue esa línea. No es que yo sepa de poemas o versos o cosas así; solo tengo memoria de que en secundaria tuve unas cuantas clases de los tipos de rimas que existían y de la métrica, pero ya no me acuerdo de nada; sin embargo, me pareció chistoso intentar algo de ese género:
ODA A MI GATO
Muchos han contado, en las aulas de primaria,
De la tierna mascota que habita en nuestra casa.
Hoy canto a mi gato, aunque en forma ordinaria,
Pues yo en los versos, no soy una reata.
Piensa la gente que los gatos son infieles,
Que son traicioneros, ingratos y rebeldes;
Pero yo os enfrento, gente insensata,
A que tengan un gato y después despilfarran.
Dice un buen dicho (que yo he creado),
Que mires al perro y así será el amo;
Ya sea ruidoso, terco o desalmado,
No es culpa del can, así lo han criado.
Un pobre cachorro buscaba comida,
Era noche buena, aunque frío no hacía.
Así es el clima en la tierra Emerita,
Y es una friega, sudas noche y día.
Recuerdo al felino, lo conocí muy pequeño,
Hermanos y madre tomaban un paseo.
Ahora se hallaban solo él y su hermana,
Que estaba bien gacha y pa’ colmo no hablaba.
Adopté al cachorro, pues era Navidad;
Y todos merecemos un poco de fraternidad;
A su hermana no quise, mas mi padre insistió:
“Vienen en par, hay que tener compasión”.
Kímaru fue su nombre, aún no te he dicho.
Y su hermana fue Chirmole, pes... Pues.. Mi papá se lo puso.
Mi gato fue obediente, cariñoso y educado,
Me hacía cariños, dormía en mi regazo.
Un día fatídico sufrió un ataque,
Un can lo atrapó, lo dejó un desastre.
El veterinario actuó y curó sus heridas,
Kímaru se salvaría, esa fue la noticia.
Mi pobre gatito no podía caminar,
Se arrastró como pudo hasta a mi cuarto llegar.
Mi miró a los ojos y me lanzó un maullido,
Mi pobre gatito quería cariño.
Estuve un rato hablando con él,
Me dolía en el alma, algo así ver.
Chirmole allí estaba preocupada por el caso,
Y con toda ternura lamía a su hermano.
Pasaron los días las heridas cerraron,
Mi pobre gatito ya estaba sanado.
Venía de mañana y maullaba en mi cuarto,
Me estaba despertando, ya no debía estar soñando.
Llegó el momento de viajar a Madrid,
Y quería despedirme antes de partir.
Lo llamé por su nombre, solía hacerme caso,
Pero en esta ocasión, no escuchó mi llamado.
Triste me fui por no despedirme;
No es que él supiera... Pero quise decirle.
Y pasaron los días, meses y un año,
Mis padres decían: te extraña tu gato.
Triste fue el día al leer en mi mail
Que mi gato había muerto, no sabían de qué.
No pude despedirme, ni del viaje, ni de vida,
Pero sé que él sabía cuanto lo quería.
Hoy canto a mi gato, Kímaru querido,
Pues no te he olvidado, mi fiel viejo amigo.
Pasamos penurias, juegos y alegrías,
Tu nombre se ha inscrito en lo mejor de mi vida.
Davo Park
