miércoles, 5 de agosto de 2020

Lo fascinante de la superioridad moral o intelectual


Que gratificante dejar en “Jake Mate” a alguien en una discusión, que bonito cuando dices algo inteligente y la gente te lo reconoce, que satisfacción cuando las personas se interesan  sobre el tema que estás hablando. Estos subidones de autoestima son similares a los que te daban de niño cuando llegabas a ganar una “carrerita”, cuando saltabas más alto que los otros niños, cuando lograbas repetir mejor que todos un trabalenguas o cuando eras el rey del videojuego de moda en tu escuela. 


Hay una conexión directa entre “soy especial” y “soy superior”. Y de 10 años a la fecha veo repetida una frasecita en distintas variantes que cada ves se hace más popular y me preocupa más:

“… deberías informarte”, “…deberías, leer más”

¿La haz leído verdad? sí, leído, porque estas frases no se dicen, se escriben. Porque nuestra sociedad está llena de valientes acorazados tras una pantalla, seguros en la comodidad de sus teclados y furiosos al filo de su autoestima. 


Y justo ese es el asunto. En esta vida hay dos formas de ser mejor que alguien, solo dos maneras de eliminar a toda la competencia social, amorosa, comercial, política, filosófica, religiosa y de opinión; y son a saber:

1. Subir de nivel siendo mejor que todos.

2. No moverte de tu nivel pero derribar a todos para que queden debajo de ti. 


No hay más. La ética, los valores y la entereza emocional te obligarán a seguir un camino u otro; pero solo existen esos dos. O te superas, o los derribas. “Si no puedo ser el mejor, nadie será mejor que yo”. 


¿Ya tienes en mente quienes de tus conocidos son de un grupo o de otro? ¿Ya identificaste de cuál tipo eres tu? Claro, los seres humanos estamos formados de claroscuros, no siempre somos del grupo 1 o siempre del grupo 2; pero siempre hay un patrón de conducta que domina tus acciones. 


Es fascinante ser superior a otro, eso que ni qué; da gusto verte a ti mismo cruzando una menta intelectual, física o moral; pero la pregunta es ¿Por qué nos da gusto? Y la pregunta más importante ¿Para qué no da gusto?

Una persona con autoestima deficiente le da gusto ser el mejor porque siente que su vida no es tan miserable. Porque ve una luz en el pozo oscuro en el que está. Una persona más sana, solo confirma que su lucha constante tiene resultados y eso lo motiva a seguir luchando por crecer. 






Ahora, la frase “deberías informante” (o alguna de sus variantes) siempre viene precedida de una sentencia, mas no de un argumento: 


“Lo que dices no tiene sentido con la realidad, deberías informarte antes de opinar.”


Analicemos esto: No hay argumento para sostener tu punto. Estás planteando que tu punto de vista es correcto solo porque viene de ti y sobreentendemos que tú sí estás informado y por eso lanzas ese juicio. ¿De qué sirvió esta frase a la que hago referencia? De nada, no dio argumentos para cambiar la postura de la otra persona, ni lo orientó para que busque información en algún sitio; para lo único que sirvió ese comentario fue para autoalabar su superioridad intelectual de una forma incomprobable.


Que diferente sería que se diejra:

“Lo que dices es erróneo porque el biólogo Fulanito de Tal hizo un estudio que arrojó que el 45% de los perros son zurdos”


Aquí si hay un argumento, hay datos que sostienen tu argumento, y no hay una frase de menosprecio hacia la otra personas. Así que tu puedes llevarte tu medallista de “gané esta discusión” sin humillar a la otra persona. Porque sí, puedes ganar y hacer que la otra persona gane; así ganan los ganadores. 


Pero claro, ser de los que se expresan como este último ejemplo es muy complicado, primero tienes que tener una autoestima relativamente sana, después tienes que formarte y tener datos a la mano, y por último tienes que querer que las otras personas mejoren de alguna manera gracias a la información que le diste… ¿y sabes qué? Que flojera tanta complicación si solo puedo lanzar un comentario que no implica que yo sea inteligente, ni maduro, ni tenga los datos pertinentes; y aparte, sin esfuerzo me voy a sentir superior de inmediato… pues ahí está la respuesta; que trabajen los bueyes, yo seguiré viendo Youtube desde esta segura, anónima y confortable pantalla; total, nada me cuesta.