martes, 21 de enero de 2014

UN ANIME QUE UNE PERSONAS



En medio de una junta donde planeábamos algo importante, tomé la palabra; mi intervención terminó con la palabra “fusión” y con un ademán de la técnica de fusión de Dragon Ball. 


No venía al caso hacer la pose, pero así soy, tengo impulsos geeks que no me interesan suprimir. Cuál fue mi sorpresa que a los hombres que estaban en esa reunión entendieron el chiste y les dio risa; las mujeres no entendieron de qué nos reímos, incluso después que se lo explicamos. 

Hace 15 años viajé a Puerto Rico a un campamento de conquistadores (grupo de chicos exploradores tipo scouts, pero de la iglesia Adventista del séptimo día), en ese campamento había gente de todo Centroamérica y el caribe, por lo tanto habían unos 5 o 6 idiomas y dialectos conviviendo: El castellano, el inglés, el francés, el holandés, el papaiamento … y ya no me acuerdo de los otros idiomas con menor presencia. Por su puesto que era muy complicado comunicarnos con gente de otros países, y ante la convergencia de culturas y “razas” tan distintas, uno busca las similitudes para lograr empatía con los demás. Como adolescentes, nuestra búsqueda de similitudes nos llevó a preguntar si conocían la caricatura de Dragon Ball, que estaba en su auge en México en ese momento. Cuál fue nuestra sorpresa al saber que sí lo conocían; ese fue el punto de partida de mucha conversación. 

Pero Dragon Ball no es el principio, incluso Akira Toriyama (el creador  de este anime) se inspiró en una leyenda japonesa para crear el personaje de Goku. Pero después de mucha investigación, he llegado a la conclusión que Akira tuvo influencia estadounidense que se ve reflejada en la transformación de de Goku y los saiyayines en una criatura gigante que combina un mono y un lobo; y aquí está la evidencia: 



Akira se inspiró en Alf (serie de los 80’s); la evidencia es contundente... es eso o Alf es saiyayín. 


martes, 7 de enero de 2014

CORRIENDO PARA DEJARME ATRÁS

(foto: http://mundorunning.cl)

Las artes marciales orientales serían solo un tipo de defensa personal vistosas pero banales si no fuera porque tienen una importante carga filosófica detrás de ellas. Cuando te adentras más en estas disciplinas, te das cuenta que los movimientos y golpes solo son un medio para predicar de esa filosofía, una forma de evangelizar, una manera de mostrar lo que se puede lograr siguiendo ese camino. Por eso las “katas” o “formas” son importantes en las distintas artes marciales, porque son como un mantra del cuerpo; una manera de mostrar el control metal y físico. Tal vez las katas no sean las competencias más populares en un torneo, pero son el evento de más belleza y fuerza; los combates suelen olvidarse de la belleza. Algo así sucede con un deporte que se ha hecho popular en los últimos año: el running. Si bien no hay una filosofía como tal detrás de correr, quien lo comienza a practicar descubre su sentido más profundo.

Corre es un deporte muy noble e incluyente, básicamente eres un corredor si ya participas en carreras de 10 kilómetros, tu primera carrera sería tu iniciación. 

Recuerdo perfectamente el primer día de mi vida que jugué fútbol, estaba en segundo año de primaria y el maestro de educación física (que 22 años después me reconoció mientras me atendía en un restaurante) armó dos equipos y nos preguntó si habíamos jugado antes ese deporte. Nunca lo había jugado, aunque tenía nociones de qué se trataba. El profesor nos explicó las reglas rápidamente y a mi mejor amigo y a mi nos puso en la defensa; desde ese entonces y hasta ahora, siempre jugué y he jugado (y por lo visto jugaré) en esa posición. 

Nunca he sido un gran futbolista; me gusta mucho, me divierte y tengo un nivel aceptable; pero siempre fui el Krillin (referencia de un personaje de Dragon Ball) del fútbol. En fútbol rápido soy mucho mejor (no es igual que el fútbol en campo)… pero de todas manera, no soy un virtuoso del balón; y eso siempre me afligió, me esforzaba mucho en los entrenamientos, pero no subía de nivel lo suficiente para ser de los mejores. 

El voleibol es otra historia; aquí sí soy bueno, pero paradójicamente es el deporte que menos practico; no es muy popular en mi ciudad y pocos tienen el nivel suficiente para disfrutar un buen juego sin que le balón caiga al suelo cada 10 segundos. 

En ping pong tengo un nivel alto, tenía una mesa en casa y al menos cada navidad y año nuevo jugaba con mis primos; pero la mesa ya no sirve, así que ya ni eso juego. 

Es mi maldición ser bueno en deportes que nadie juega y no destacar en el más popular. Para colmo de males, ya no juego fútbol porque al parecer la edad se ha hecho sentir en mi tobillo izquierdo y me lo lastimo con facilidad. 

Así que hace 5 años busqué un deporte para practicar; y lo más accesible y gratis que tenía a la mano era salir a correr. Un tiempo lo hice solo para estar en forma, pero sin aviso, llegó una mala racha emocional en mi vida y recurrí a correr para despejar mi mente; y funcionó muy bien. El correr me daba tiempo para salir a la calle y dejar el encierro de casa y oficina, me daba tiempo para reflexionar en las cosas, me daba las endorfinas para sentirme bien y con optimismo, y finalmente, me daba la satisfacción de saber que por fin había encontrado el deporte a mi medida. 

Era perfecto para mi, no soy un genio deportista, pero para correr no necesitas habilidad, solo resistencia y constancia, y de eso sí tengo mucho. Poco a poco me fui informando más sobre el deporte y me fui haciendo del equipo adecuado para correr.

Hay cientos de páginas donde puedes aprender lo básico de cómo practicar el running; no es nada más ponerte un calzado deportivo y salir a lo loco, tiene su técnica, pero es simple. 

Al principio te hablaba de la filosofía de las artes marciales; muchos de los que corremos le hemos encontrado un sentido a correr, el cual se relaciona al por qué empezamos a hacerlo, y cada quien tiene motivaciones distintas, algunos para bajar de  peso, otros para estar en forma, otros por prescripción media, otros para despejarse mentalmente; pero la mayoría que llega a participar en una carrera de 10km, lo hace por adicción y porque encontró más de lo que buscó en un principio.

Lo que todos tenemos en común todos los que corremos, es que el correr plantea un reto con uno mismo. En una carrera no existen contrincantes, uno mismo es su propio rival; superar tu tiempo anterior se convierte en tu meta; no importa que llegues en el último lugar, lo que importa es que te hayas vencido a ti mismo. 

Cuando corres, tu limitación es tu propio cuerpo. Al correr nadie intenta quitarte un balón, nadie te choca para bloquearte el camino, nadie intenta saltar más alto para taparte un tiro a la canasta, no necesitas puntería, no necesitas haber nacido con la habilidad, no necesitas ganarte la titularidad  y nadie te sienta en la banca de suplentes. Cuando corres, tu eres la estrella del equipo; cuando corres, tu eres tu propia meta; cuando corres, tu eres tu propio juez; y cuando corres, tu defines tu propio camino. Esto es lo bonito de correr. 

Por eso corro, porque encuentro una libertad que difícil de describir, porque siento una realización que no logro sentir en los demás deportes; porque los que corren a mi lado en las carreras, no son mis rivales, son mis compañeros de viaje (y así actúan); porque al correr puedo expresarme como realmente soy, una persona poco habilidosa, pero esforzada, y de eso se trata el correr.


Por eso corro, porque al correr defino quien soy y hasta donde quiero llegar.