martes, 30 de agosto de 2011

EL VERANO Y LAS VACACIONES




Una de las cosas que más me gusta en Madrid es que cuenta con estaciones del año. Como he escrito alguna vez, en Mérida (mi ciudad en México)puedes ver un poco de florecimiento en las plantas, algo de caída de hojas en otoño, y una leve disminución de la temperatura en invierno, teniendo como mínimo los 15 grados (y la gente se sorprende y lo sufre); pero para ser honesto no existen como tal. No sientes una diferencia ni de clima, ni de paisaje. La gente se comporta igual, usas la misma ropa todo el año y los cambios de temporadas en las tiendas las asumimos como "momento de rebajas", porque a nadie le importa vestirse conforme a la estación en turno.
Madrid tiene estaciones del año y se agradece la variedad que traen. Mi favorita es el invierno, uno aprecia lo que ha carecido toda la vida. También es porque odio el calor y el sol.
Todo esto viene al caso para hablar del verano madrileño.
Por mayoría de votos, el verano es la estación favorita de Madrid; les fascina el sol, el ir a la playa, ir a la piscina y dejar de estar pálidos. La mayoría de mis amigos se van de vacaciones, y la ciudad queda notablemente con menos gente. No importa si estudias o trabajas, en verano te tomas un largo descanso. Dato importante: Aquí dan el doble de días de vacaciones a los trabajadores comparado a México.
Es también en verano cuando Madrid recibe la mayor cantidad de extranjeros, incluso este año aumentó el turismo un 10% a pesar de la crisis que golpea a Europa.
Por otro lado, la idea generalizada en México es que una vez que estás en Europa, moverte a varios países es muy fácil y rápido. Como Mexicano, conocer muchas ciudades de mi país es sencillo; y dado que el territorio de México equivale prácticamente desde España, hasta Alemania, incluyendo Reino Unido; movenos a través de Europa es un viaje que nos resulta relativamente corto.
Esa idea es más cierta de lo que creemos; incluso los vuelos son económicos (si ganas en euros, si no, cuestan más o menos lo mismo que en México) y sumado a esto, está la libertad de pasar de un país a otro tan solo con tu pasaporte; sin visa, ni trabas. Por lo tanto, yo asumía que todo europeo de 25 años, tenía su pasaporte repleto de sellos que indican la cantidad de viajes que había realizando al conocer de punta a punta su continente. Pero no necesariamente es así.
Un grupo de Romanos llegaron de visita a mi iglesia y estaban emocionados por conocer Madrid. Se notaban felices tomando muchas fotos y exaltándose por haber encontrado una tienda de ropa que se llama "Roma". Te estoy hablando de personas que están a 2 horas y media en avión de Madrid. Es como ir de Mérida a Monterrey.
Creo que el mismo fenómeno que hace que no me decida a conocer Guadalajara (México) de una vez por todas después de tantas buenas referencias; es la misma razón por la que viajar a muchos países europeos no es lo más característico para la gente de aquí. Al tenerlo "a la mano" hace que digas: "Ya iré a la próxima" o "No he tenido tiempo".
El verano ya está por acabar y la gente que había ido una larga temporada a "turistear" o de visita a la familia, emprende su viaje de vuelta a Madrid. En estos detalles se nota las ventajas en calidad de vida que un español puede gozar.
Esta vez, creo que seré parte del viaje de regreso a casa, actividad propia al finalizar el verano. Lo que me alegra de esta idea, es que al menos cuando llegue a Mérida, ya habrá empezado nuestro pseudo otoño y el cambio térmico será algo amable conmigo.

martes, 23 de agosto de 2011

SER ILEGAL


El plan original era estar un año en España, terminar el curso escolar y regresar a México. Al final, la escuela me enamoró, Dios metió su cuchara a mi favor y el plan se extendió un año más. Sin embargo, tenía que renovar mi visa de estudiante para este segundo periodo.


Hice el trámite lento y accidentado como siempre; y 3 meses después concluyó el plazo en el que recibiría la respuesta de la concesión o denegación, pero nunca llegó la carta. 7 meses más tarde terminaron mis clases y toda vía no recibía la noticia, entonces mi preocupación llegó al límite y decidí enfrentar este error burocrático.


Punto y aparte. Mis paisanos de escasos recursos que viven en el norte del país, tienen el tema de la imigración asumida. Al estar más cerca de la frontera con Estados Unidos, recurren a la opción del sueño americano. Resulta familiar el tema de los indocumentados, de la "migra" (policía ocupada capturar ilegales), del correr cuando la migra llega a revisar los campos de tomate (o algún otra sembradío) donde trabajan mexicanos ilegales.


"Ser ilegal" me hizo ponerme en la piel de esas personas. El estrés que se siente al ver policía en la calle o en el metro. El saber identificar a los hombres jóvenes vestidos casualmente, pero que cuando menos te lo esperas te detienen, te muestra su placa de policía y piden tu identificación.


En Arizona, un estado de los Estados Unidos; se aceptó una ley que indignó a México y a los latinos que radican en el país anglosajón. La ley consistía en permitir a los policías detener a una persona si su apariencia delataba que es latinoamericano. La gente denunció esta ley como racista, retrógrada y humillante.


Sin embargo, la policía española tiene esta práctica como algo normal y no he escuchado a ningún inmigrante que se queje de ella. Por su puesto que la comunidad latina de Estados Unidos es más fuerte e influyente que en España, así que la presión que pueden ejercer es mayor. Otro factor que interviene en esta diferencia, es que en el país americano, viven una psicosis de discriminación y abusos, todo el mundo se queja de todo el mundo; los negros de los blancos, las mujeres de los hombres, los niños de los otros niños más fuertes, los gays de los que no lo son, los judíos de los chistes antisemitas, los gordos de los flacos, los hijos de los padres, etc. No es de extrañar que ahora le toque a los latinos quejarse de algo.


Una amiga del este de Europa está arreglando su situación irregular en España; pero se siente confiada de no llamar la atención de los policías ya que ellos buscan latinos, no europeos. Aquellos que me conocen, saben que no pasaría desapercibido en la Alemania Nazi, soy moreno y con rasgos orientales (por eso la gente aquí piensa que soy filipino); sin embargo, he caminado varias veces junto a los policías encubiertos y nunca me han detenido. Creo que la parte coreana me salva.


Después de otra odisea larga y tediosa, por fin ayer me dieron mi visa. Fue un alivio, ahora camino con más confianza por las calles de Madrid.


martes, 16 de agosto de 2011

EL CASTELLANO EN MÉXICO Y ESPAÑA PARTE 2: EL HUMOR


En el post anterior te conté cómo el albur ha secuestrado muchas palabras del vocabulario mexicano y latino en general, también de cómo tienes que cuidarte de hacer construcciones gramaticales que puedan tener un doble sentido y de cómo en el bachillerato se vive una represión a causa de esto, siendo maximizado por la necedad adolescente. Pues bueno, Madrid no se queda atrás.


Así como el lenguaje es mi némesis aquí, el humor es su secuaz. Dejando a un lado los chistes locales que nacen de la televisión o de años, el humor español es distinto al mexicano. A mi parecer es un humor más blanco, más noble.


La faceta del humor madrileño que toca el tema lingüístico es la imitación. La premisa sería algo así: "Cuando no se te ocurra algo gracioso para decir, imita a la otra persona". Esto le cae como anillo al dedo a Madrid, ya que somos muchos extranjeros de muchísimos países distintos; así que el abanico de oportunidad es amplio.


Como ya me di cuenta que la gente lee lo que quiere leer, quiero especificar que esto de la imitación no nace del racismo; es una manera cultural de humor, así como el albur es propio de mi país.


En España, como en México, hay muchos tipos de acentos; y los que se llevan la peor parte de la imitación son los andaluces (Si eres mexicano, usa como referencia a un tabasqueño de papás españoles; algo así suena. Y si eres de algún otro país… sí; Tabasco es un estado y no sé si allí fue donde se creó la salsa homónima).


Si hablamos de los acentos internacionales que más gozan los españoles en imitar, es a México al que peor le va; en segundo lugar podría poner a los argentinos y en tercero a los brasileños; supongo que se debe a que tenemos acentos más característicos que el resto de América latina y porque tenemos más difusión por novelas y música.


Aquí es donde el efecto de represión entre el albur y la imitación se unen, ya que tengo que controlarme para disfrazar mi acento (no significa que lo logre, pero el intentarlo me consume concentración) para poder llevar una conversación fluida.


Escucho un programa de radio de los 40 principales en México, donde tienen a una conductora española con dos mexicanos; el programa se llama El Tlacuache ( Quiero escuchar cómo lo pronuncia un español, con la dificultad que tenéis de las "tl" =P ); traducción del nahuatl al castellano: "la zarigüeya". En primer lugar no supe que la conductora era española hasta que dijo: "La lió parda". Según yo, ella ya no tenía acento, pero un invitado del programa le preguntó si era de España, porque su acento la delataba; supongo que ya me acostumbré. Aunque la chica ya está habituada al albur, me causa ansiedad empática escucharla lidiar con mi cultura. Sus compañeros le explicaban algunas cosas que no entiende, y le hacían "fiesta" a sus frases y palabras españolas, lo cual me dio gusto. Pero la conductora ya maneja el vocabulario mexicano muy bien, hasta dice: "órale" con naturalidad. Cuando se emocionaba se le sale algún "mola", "más viejo que el sol", "botellón"; pero en general lo controla muy bien. En todo el tiempo que llevo escuchando el programa, no he oído que nadie, ni la audiencia que llama por teléfono, intente imitarla para hacerse el gracioso con la chica guapa; pero eso sí, a veces la alburean. Tenemos un sentido del humor distinto.


Es tanta nuestra diferencia, que en la cosmovisión mexicana, la imitación es una falta de respeto; y el albur es una muestra de confianza.


martes, 9 de agosto de 2011

EL CASTELLANO EN MÉXICO Y ESPAÑA PARTE 1: EL ALBUR



El gran obstáculo que he tenido en Madrid es el lenguaje. Todavía el fin de semana pasado escuché un término que nunca había oído. Muchas de las expresiones las entiendo por contexto, pero si al llegar a Mérida (México) me preguntan que quieren decir, tardaría en contestar.


Hay ciertos vicios del lenguaje que se tiene en Madrid, por mencionar algunos:


- El pleonasmo: "Sube arriba para llevar las llaves".


- El abusar del verbo "haber". Dicen "Hoy me he reído mucho", cuando se puede decir "Hoy me reí mucho". No es que esté mal, solo es algo distintivo pero no necesario.


- La frase: "Voy a por él". En una frase así, la letra "a" indica dirección, como por ejemplo: "Voy a la playa"; y el "por" se refiere al objeto de la acción: "Voy por la pizza". Entones el usar "… a por él" hace un corto circuito gramatical.


Antes de que vengan con antorchas a mi piso; quiero especificar que estos modos de hablar y fallos que por costumbre no nos percatamos, le dan riqueza a las distintas regiones hispanohablantes, que lejos de ser motivo de señalar con desaprobación, son adornos culturales. Después de todo, el que esté libre de vicios, que lance la primera piedra.


México tiene otros vericuetos con el castellano. Además de nuestros respectivos errores en el habla, tenemos la cultura del albur y ella ha secuestrado muchas palabras; uno no se da cuenta de la prisión lingüística en la que estaba hasta que sale de ella.


El albur consiste en usar una palabra con doble significado y darle sentido cómico. Por ejemplo "huevos", que tanto en México como en España se usa para nombrar a lo que ovan las gallinas, pero también a los testículos. Ya es muy conocida la palabra "coger", que en toda Latinoamérica hace referencia al acto sexual. Pero el chiste no es solo usar el doble sentido de la palabra, sino acompañarlo con una frase mediante la cual sobajes a la otra persona; pero debe estar tan bien construida e insertada con congruencia en la conversación, que solo los de mente aguda (o sucia) se den cuenta.


En España no existe tal cosa; de vez en cuando hay vislumbres de albures, pero muy básicos. Sería un nivel que puede dominar un niño mexicano que está en secundaria. Definitivamente no es algo de lo que me pueda enorgullecer, de hecho, en el bachillerato puedes verte inmerso en una psicosis de estar cuidando lo que dices porque los niveles de albur llegaban a alturas absurdamente restrictivas.


El primer año que estuve aquí, tenía un amigo venezolano (Andrés), y mientras conversábamos con algunos compañeros de clases, uno de ellos dijo:


- Pues mañana voy a enviar unas muestras de mis cómics, a ver si me admiten en el curso especial.

A lo que otra compañera contestó para animarlo.

- ¡Que bien!, seguro que te cogen.


Andrés y yo solo nos miramos y una vez que vimos apoyo mutuo, soltamos la carcajada y surgió la frase guarra: "Pues si te cogen seguro que entras al curso".


Me llevó tiempo incluir "coger" a mi vocabulario habitual.


Compatriotas, es tan reconfortante usar sin temor la palabra "chaqueta".


Por otro lado, en una ocasión en la escuela (Queriendo pedir un popote) no recordaba si "pajita" o "pajilla" era la palabra mala… erré… la gente ser rió mucho. Pero deben admitir que la diferencia entre una palabra y otra es mínima, aunque su significado sea muy distinto. Para los que no saben, "Pajilla" es igual a "chaqueta".


Con mi retorno a México en cuenta regresiva, me pregunto que pasará cuando se me salga la palabra "coger" en una conversación casual.


En conclusión, nuestra costumbre del albur limita el vocabulario mexicano; pero eso sí, nos divierte mucho.



martes, 2 de agosto de 2011

UNA HISTORIA DE LIGUE



Los post de las chicas españolas y mexicanas han sido los que más han causado controversia, no en la sección de comentarios (que es donde quisiera que hubiera), sino al verme. Cada quien lee lo que quiere leer. Pero tal vez es en este punto subjetivo donde puedes hacer tuyo lo que ves, escuchas y lees; es donde le encuentras más sentido a lo que tus sentidos perciben. Por mi parte te puedo decir, sigue haciendo tuyo este blog, y ojalá y te siga entreteniendo y sacando una sonrisa por lo menos 5 minutos a la semana.


Bien, vamos al punto.


Alrededor del tema de las chicas ocurrió esta historia. En la noche de éste sábado que pasó, estábamos varios amigos de la iglesia cenando en un Burger King. En las mesas de afuera habían dos chicas cenando y una de ellas me pareció muy bonita.


El universo es sabio, y para mantener el equilibrio cósmico puso a un viejo con una camiseta de CanCun entre las chicas y nosotros; el cual le reclamaba a gritos a una trabajadora del restaurante el que no haya servilleteros en las mesas. Nota: No le faltaban servilletas, de hecho, había pedido muchas más de las que podría utilizar… cosas de viejos supongo.


En varias oacciones y a manera de broma, he tratado de convencer a Elena para que sea mi "equipo de avanzada", "compañera de ligue", y así preparar el camino para mi ataque. En esta ocasión se lo volví a plantear, todos los de la mesa escucharon y empezaron a ayudarme con formas en la que podía acercarme y dar una buena impresión. Pero ya sabes como es esto; hombres dando consejos de esta índole… pronto la charla se desvirtuó; además, como los consejos que me daban eran sacados de series de televisión, pronto la charla se centró en ellas.


Mientras tanto, las chicas terminaban de cenar y encendieron un cigarro. Lo cual me dio la excusa perfecta para no aventarme a la conquista: "¡Huy! fuma!, ya que estaba listo, ni modos."


Entre tanto el viejo terminó de cenar también y personalmente agradecí que se fuera, creó un ambiente desagradable con sus gritos.


Las chicas, que para estas alturas ya habían notado que las estábamos observando gracias a nuestra torpeza al acechar; terminaron de fumar y entraron al restaurante para tirar su basura. "Este es el momento Park", me dijeron. Justo en el momento cuando ocurrió el acabose:


El viejo estaba en la puerta a punto de salir, la chica que me gustó también; en un momento de tensión, cuando ella salía y la gente presionaba para que no la dejara ir, el viejo dijo: "¡Pero que lindas muchachitas!"; o algo así.


Creo que transcurrieron esos 2 segundos de silencio que necesitas para tomar aire y soltar la carcajada.


El viejo siguió piropeando a las chicas con voz alta, mientras ellas se reían y se iban con el viejo tras ellas.


Fue de risa loca y de parte de Mikelo y Juan Manual frases como: "¿Ves como se hace Park?", "¿Qué se siente que un viejete te haya superado?", y cosas por el estilo.


El universo tiene sentido del humor, incluso remata los chistes.


Juan Manuel me mostró cómo hasta el ampayer me decía que esa oportunidad era mía.