lunes, 9 de abril de 2018

LA INCONGRUENCIA Y MI GATO


El gato que más he querido se llamaba Kímaru, ya te he contado sobre él en este blog, incluso te compartí una oda a manera de homenaje póstumo en el 2010.

Kímaru disfrutaba pasar tiempo conmigo, se dormía en mi regazo mientras yo trabaja en la computadora. Después de un tiempo corto se despertaba, se subía a mis hombros valiéndose del reposabrazos y llegaba a pararse sobre la cabecera amplia de la silla de oficina en la que yo estaba sentado. Esto lo hacía con el fin de acariciar mi cabeza con la suya, una muestra afectiva que todos hemos visto que hagan los gatos en nuestras pantorrillas (porque solo hasta ahí llegan) y con otros gatos. 

Para mi era muy significativo que él hiciera eso porque se trataba de gesto puro de cariño, no me estaba pidiendo comida, solo estaba siendo cariñoso. Lo repetiré hasta en cansancio, los gatos sí son cariñosos, depende cómo los eduques. 

Todo esto es real, pero aquí la realidad se tuerce en ficción para dar lugar a una fábula: 

Un día Kímaru entró a mi cuarto y me dijo:

- Oye David, estás soltando mucho pelo. - Y acto seguido se fue. 

Yo no supe que responderle, en primera él no esperaba respuesta, solo quería darme ese mensaje; lo cual de buenas a primeras me pareció un poco grosero el que no esperara una retroalimentación. Parece que la cordialidad está a la baja en esta época también en los animales. 

No supe que responderle porque muchos de pensamientos se agolparon en la mente: 
  • ¿Le digo que no se vaya sin antes escuchar mi retroalimentación o pareceré alguien conflictivo?
  • ¿Pero de qué está hablando? él es un gato, suelta mucho más pelo que yo, que incongruencia de crítica. 
  • ¡Ahora resulta! él se la pasa lamiéndose para quitarse todo el pelo que suelta y dejándolo por toda la casa pero le incomoda el mío.
  • ¿Qué es lo que quiere decir con eso? No me está sugiriendo nada, no me está ayudando en nada, ni siquiera es un reclamo; parece más una crítica pasivo-agresiva en la que él piensa que yo voy a intuir hacer algo al respecto con esa frase aislada y fuera de contexto. 
Así es, como verás soy un robot basado en la lógica de los unos y ceros pero con un procesador lento, tal vez uno de dos núcleos solamente y que, por lo tanto, le cuesta procesar ágilmente todas las variables. 

Estuve “rumeando” esta actitud de Kímaru un par de días, realmente estaba molesto, no por el comentario, sino por la actitud y porque él era el menos indicado para hacerme esa crítica, porque él está peor que yo en esto de tirar pelo, es incongruente. Debería hacer algo por sí mismo en esa área antes de criticarme precisamente en ese aspecto.

Durante ese tiempo llevé la fiesta en paz, pero era evidente que no me era grato estar cerca de él para evitar enojos, no tenía ganas de acercarme a alguien que se comporta así. Al tercer día Kímaru me trajo una botella, era un shampoo anti caída y me dijo: 
  • De verdad estoy preocupado por las entradas que empiezas a tener en la frente, cuando subo a tu silla me puedo darme cuenta de ellas; no me gustaría que vayas a tener problemas de calvicie, te traje esto para ver si funciona. 
De nuevo no supe qué decir. Le agradecí por su preocupación y después de unos segundo de silencio (porque mi procesador es lento) le volví a agradecer por tomarse la molestia de invertir tiempo y dinero en buscar una solución para mi. Él me dijo, “bueno, ¿Qué clase de gato sería si solo te dijera lo que tienes mal y no hiciera algo para ayudar?”

Ese día entendí dos cosas: 
  1. A veces la aparente incongruencia no es más que un conocimiento parcial de la historia. Es más conveniente preguntarle a la persona en cuestión porqué actúa o reacciona de cierta forma para diferenciar un prejuicio de una realidad. 
  2. Hay quienes no tenemos tacto para decir las cosas y hay quienes no tienen una metodología madura para confrontar. Desarrollar un ambiente amable y de respeto para con todos es vital para las relaciones. Aún en su buena intención, fue incorrecto que Kímaru me dijera algo negativo y se fuera, fue incorrecto que no ofreciera ayuda junto con la crítica, fue incorrecto que no fuera claro. Pero bueno… después de todo no podía exigirle mucho, él es un simple gato.