martes, 26 de abril de 2011

FUSIONANDO A MÉRIDA CON MADRID - PARTE 2


Parte del casco antiguo de Cuenca, el cual conocí en semana santa.

Como escribí la semana pasada, ahora toca contarte sobre las cosas buenas que tiene Madrid y que quisiera que Mérida tuviese también. Son el tipo de cosas que extrañaré cuando me vaya, o que disfrutaré mientras me quede… ya veremos.

Ya ni hablar del asunto de las mujeres guapas, ya lo he dicho muchas veces, así que no lo incluiré en esta ocasión. Lo he dicho tantas veces que debería dedicarle un tema en el menú principal del blog, así como hice con el metro.

A continuation el top 5 de esta semana:

TRANSPORTE PÚBLICO

Si en Mérida hubiera la calidad de autobuses (camión para mi gente) que hay en Madrid, más personas los usarían y menos coches serían conducidos.

Ayer lunes vi cómo un autobús se inclinaba hacia un lado y desplegaba una rampa para que baje una persona en silla de ruedas. Como detalle, la rampa tiene la altura exacta de las aceras, hasta en eso han pensado los directivos de urbanización de Madrid.

La comodidad de entrar al autobús sin tener que subir escaleras, caminar en los pasillos donde pueden entrar hasta dos personas de pie, no ir como sardina enlatada, y el poder navegar en internet durante tu trayecto; no tiene precio.

Un primer paso, sería que todos los autobuses de Mérida tuvieran aire acondicionado, y no solo los que pasan por el paseo Montejo (avenida principal y comercial de la ciudad). Este es el problema cuando se privatiza un servicio público.

CLIMA

Me encanta experimentar las estaciones del año. En Mérida solo hay verano y otoño (por así decir); en cambio, Madrid tiene las cuatro.

Sobre todo, me gusta el clima fresco y el frío; odio el calor, afortunadamente, aquí solo hay 3 meses de él.

GENTE MÁS ABIERTA

Hay gente de todo tipo; pero en general encuentras más apertura al aceptar cosas distintas. No necesariamente las adoptan, pero al menos las dejan ser. En Madrid nadie se asusta ni sorprende al ver a una chica gótica por la calle.

BUEN GUSTO

Amigos mexicanos (y posiblemente latinoamericanos), me entristece señalar que lo naco, es cosa nuestra. Aquí no vez coches con camisetas protegiendo los asientos de los coches, no vez gente vestida con las patas, no escuchan cumbias de mal gusto, ni le chiflan (silban) a las mujeres guapas que pasan por las calles (y que bueno, si no sería una ciudad más ruidosa).

Incluso hay una cultura en la comunidad latina tipo "Daddy Yankee", y aunque no me gusta, no lo visten tan mal; es decir, no me gusta el estilo, pero lo llevan bien.

LECTURA

La cultura de la lectura es impresionante. Jamás pensé verme involucrado en una conversación de jóvenes donde compartían sus impresiones de los libros favoritos de cada uno. Escuchar la frase "¿Para qué veo la película si ya leí el libro?" fue el colmo de este tema.

PAISAJES

Las veces que he salido de viaje, no puedo evitar sentirme en la película del Señor de los Anillos. Desde las ciudades medievales, hasta los campos, la sierra, los valles; todos estos sitios parecen locaciones que se usaron en aquel filme.

Mérida tiene muchas bellezas naturales que no puedes morir sin verlas alguna vez, pero en España, todas están a simple vista.

martes, 19 de abril de 2011

FUSIONANDO A MÉRIDA Y MADRID - PARTE 1


A estas alturas de mi experiencia en Madrid ya tengo una noción clara de lo que la ciudad ofrece; hay cosas que me gustan y cosas que no. Mérida también tiene cosas que me parecen geniales y otras que las eliminaría si pudiera.

Me han preguntado si quiero quedarme a vivir aquí, y el pensarlo me genera sentimientos encontrados. Me gustaría poder armar mi "ciudad a la medida", una ciudad que tenga lo mejor de Mérida (México) y Madrid.

Esta semana te daré mi top 5 de cosas que me gustan de Mérida y le pondría a Madrid. La próxima semana lo haré al revés.

TOP 5 DE MÉRIDA

COMIDA

En serio, amigos que no son de México, no pueden morir sin ir a Mérida a comer. No me dejo llevar por mi nacionalismo; en realidad el turismo gastronómico de México es un gran atractivo. Allí probarán lo que de verdad son los nachos (por mencionar algo) y no la cosa triste que dan en Taco Bell. Por su puesto, tienen mi casa para llegar… solo avisen… y no todos al mismo tiempo.

VIVIENDAS

Admiro la capacidad de adaptación del ser humano. Esa ecuación de "vivir cómodo pero lejos de la ciudad" y "vivir apretado pero cerca" no me termina de convencer. Aunque me gusta la vista desde las alturas, extraño el concepto de "casa" y de pagar algo humanamente aceptable por ella; no las millonadas que se pagan en Madrid.

Una cosa más. Es bonito vivir en casas (chalets) porque puedes visitar a tus amigos avisándoles con apenas 10 o 15 minutos de antelación (Si tienes coche). En Madrid, quedar en un sitio para charlar parece "cita de trabajo"; tienes que organizarte con tu amigo uno o dos días antes, tienen que comparar agendas y hacer los movimientos que sean necesarios y tienen que acordar un lugar cerca del tiempo y espacio de ambos.

COCHES

Me encanta la libertad que tiene Mérida de poder aparcar (estacionarte) sin tener que buscar 10 minutos un sitio, y además, tener que pagar. Y tampoco pagamos por cochera porque no vivimos en pisos.

VARIEDADES

Aunque te facilita la búsqueda el tener pocas opciones para comprar y dónde comer; me gusta la posibilidad de tener otras alternativas. En Mérida tienes grandes almacenes, grandes restaurantes, muchos centros comerciales… en fin, muchas opciones por cada necesidad.

PUESTOS AMBULANTES

Concepto muy poco explotado en Madrid, solo lo vez en los vendedores de elotes asados (no sé como se llama en Madrid), castañas y algunos otros granos. Pero esa facilidad de ir por hamburguesas o dogos (perritos), tacos, tortas (bocadillos) o lo que sea; es muy conveniente para alguien que vive solo. ¡Casi lo olvidaba! Hay un concepto en México que se llaman "cocinas económicas", son lugares donde venden comida casera para comer allí o para llevar. Es como aquí que venden "menús" en los bares, pero en Mérida a precios razonables. ¡Es más! Comer allí es más barato, más nutritivo y llena más que en Burger King; cosa que en Madrid es impensable.


Repito, la próxima semana viene el top 5 de las cosas que me gustan de Madrid y que carece Mérida.

martes, 12 de abril de 2011

AHORA, EL DOBLAJE EN ESPAÑA


Hace como dos meses hablé de los doblajes y traducciones de México y España. He hecho "mi tarea", "mis deberes" y he visto la serie Smallville en castellano de España; y ahora hablaré de él. También he visto muchas películas en doblaje local, así que esta vez ya no defenderé al trabajo de las agencias latinas o mexicanas y sólo hablaré de las españolas.

Todas las películas que me ha tocado ver, me han dejado muy buen sabor de boca en el doblaje. Minutos antes de verlas estaba predispuesto a pasar un mal rato, pero me dieron una buena lección sobre los prejuicios.

Ya lo he planteado, el escuchar acentos en los doblajes es cuestión de costumbre, no de buen gusto; pero la calidad del trabajo de doblaje es universal y objetivamente cuestionable. Así que aquí las cosas que no me gustan de lo que he conocido del doblaje español:

VOCES SOBREACTUADAS

En las series más que en las películas, y en las mujeres más que en los hombres; es muy común escuchar una voz sobreactuada; de esas voces que suenan con una intensidad que sería ideal con el diálogo: "Quiero que me hagas el amor apasionadamente", pero imprimen esa pasión a: "¿Olvidaste comprar la comida del perro?"

RESPETANDO LA VOZ ORIGINAL

A veces no tienen cuidado al hacer el casting de las voces de doblaje. Creo que en este punto el sindicato impera más que la razón; hay por ahí una o dos voces que no tienen nada que ver con la original, y quieras o no, daña al personaje.

MODISMOS

En el doblaje hecho en México son muy claras 2 vertientes, doblaje normal y doblaje cómico. Cuando se trata del cómico, sabemos que escucharemos voces de nuestros comediantes y que usarán modismos y referencias culturales de del momento. En el doblaje normal, nunca escucharemos "wey", "chavo", "órale", "está padre", "está cañón", etc; en cambio, en el doblaje español incluyen modismos sin discriminar el género.

Ver a Lois Lane diciendo "son 5 pavos "("pavos" es un modismo para referirse a "euros", es como los mexicanos decimos "varo" para referirnos a "pesos") es muy extraño. Es como si todos fueran españoles viviendo en la ciudad del mundo en turno.

PARA FINALIZAR

A nivel objetivo, el doblaje español tiene más elementos técnicos que perfilar; pero son factores indetectables para el público español; así que no creo que les preocupe a las agencias.

Por otro lado, hace una semana vi la película Enredados; tiene un buen casting y una buena banda sonora local; la comparé con la mexicana y la versión española la supera por mucho. Dana Paola será muy linda (búscala en google), pero el doblaje no es lo suyo y en el canto le falta mucho; y Chayanne no puede esconder que es de Puerto Rico.

Con esto finalizo mis temas del doblaje y los acentos. Y hablando sobre esto, estoy tratando de aprender a conjugar verbos a lo español y me cuesta mucho; pero este domingo que hablé con mi mejor amigo de México (Rodrigo), me veía en la necesidad de frenar modismos españoles que no me surgen de manera tan natural aquí mismo. Creo que al estar más relajado y hablando sin cuidado se hace evidente que este año y medio en Madrid si me ha influido después de todo.

martes, 5 de abril de 2011

LA SEÑORA Y EL METRO

Es bien sabido que cuando las personas están en masa se comportan como animales. Pierden el sentido de la decencia, del pensamiento individual y del bien común. En el metro se da mucho esto. Pues sí, el metro también tiene cosas malas; aunque el problema es más la gente que el metro mismo.

Les presento a esta señora de cultura musulman: (aunque con su indumentaria, podría ser cualquiera otra)

Por cierto, si usé mal el término, corregidme.

Ella no necesita estar en masa para actuar como ya te he mencionado anteriormente. La veo casi todos los días ya que compartimos un tramo del camino. Creo que ya se percató de mi presencia; seguro que me llama: "El chico filipino que me mira feo". Si es ese el caso, sería un título equivocado, porque a veces también me río de ella.

Es de esas personas que no espera a que salgan los otros del vagón para entrar, no importando si los golpea.

Es de esas que se creen inteligentes y, apenas pasa la última persona que sale del vagón, corre entre los que hacemos espacio (porque hemos llegado antes) y se abalanza en el primer asiento que encuentra.

De esas personas que no piden permiso para pasar, sino que con la mano te hacen a un lado. Aunque este punto es asunto cultural, ya que lo hacen muchos, no solo ella. Esto me patea en la punta del hígado.

En una ocasión se topó con su símil, estuvo buenísimo. Una mujer dominicana (que si no lo sabes, son aguerridas y muy energéticas) entró al mismo tiempo que ella al vagón; hizo lo que la señora musulmana hace siempre, cerrar el paso para ganar el sitio; es más, le "metió cuerpo" cual defensa de fútbol. A la musulmana le molestó tanto ser víctima de sus mismas prácticas habituales que empujó a la dominicana con la mano.

-¿Por qué usted me empuja?- Dijo la dominicana.
-Porque me cerraste el paso- respondió minimizada la musulmana.
-Yo le dije: "con permiso"; así que usted no tenía por qué hacer eso. Yo estoy bien.

Era evidente que la musulmana no estaba acostumbrada a que alguien la ponga en su lugar, ya que cada vez se hacía más pequeña y hablaba más bajito.

La dominicana tampoco tenía la razón, de hecho creo estaba igual de loca; no por pedir permiso tenía que empujar con el hombro; claro que si la otra le hubiera dado el paso, no hubiera ocurrido la colisión.

Disfruté los 10 minutos que duró el viaje de la señora musulmana; verla de pié con cara de niña regañada fue refrescante a nivel justicia.

A pesar de estas y otras cosas que me hacen disfrutar del metro (Y que ya te he contado), últimamente estoy optando por el autobús, allí si puedo estar sentado leyendo y tengo acceso a internet… lo cual casi siempre evita que lea… pero aún así me está gustando mucho.