martes, 12 de marzo de 2013

UN CONCEPTO: ARGUMENTAR (SEGUNDA PARTE)





EN UN MUNDO IDEAL

Pocos lo saben, pero cuando te encuentras con alguien que sabe argumentar y recibir argumentos, nadie se enoja. 

El mexicano promedio piensa que argumentar significa pelear. O visto de otra manera, se enoja si le argumentas en contra. No solo tal concepción y/o reacción es errónea; además es inmadura desde el nivel personal, hasta el nivel social; en general, somos una sociedad inmadura. 

La segunda sociedad que mejor conozco (como ya sabrás si me les desde hace al menos 3 meses) es la española. Y esta me enseñó que mi mentalidad mexicana al argumentar estaba en pañales. 

He aquí algunas cosas que aprendí al respecto: 

Lección 1, estar seguro de lo que pienso. Al principio me daba de “topes con pared” porque mis amigos españoles no dejaban que diera un paso ideológico sin que lo cuestionaran; eso es molesto, pero me enseñó a pensar mejor sobre lo que estaba diciendo y reflexionar si tenía sentido antes de decirlo. En pocas palabras, no hablar por hablar.

Lección 2, no enojarme. Las constantes contradicciones me las hubiera tomado personal, pero vi que no solo lo hacían conmigo, lo hacían con todo el mundo, era la forma de convivir. Para nosotros los latinos, los españoles llegan a ser “agresivos” al hablar; pero no están molestos, ni intentan ser groseros, es su forma de expresarse; así que me tomó un tiempo notar que en realidad, no se enojaban cuando alguien los contradecía... Uno que otro sí, pero aguantaban bastante. En resumen, aguanta la crítica; no seas “nenita”. 

Lección 3, respetar. Siendo mexicano en una cultura española, estaba en desventaja tanto numérica. Los cruces de argumentos sin meter el tema étnico era difícil, y cuando se cruzaba esa línea, entonces sí podría ponerse tensa la cosa. Si respetábamos nuestros países y por el contrario, intercambiábamos reconocimientos diplomáticos, la discusión se podía llevar mucho mejor. Resumiendo; “lucha” contra la idea, no contra la persona; son cosas distintas.

Creo que por todo lo anterior, los mexicanos no somos buenos en los deportes de grupo en contraposición a los deportes solitarios; por eso no ganamos muchas cosas en fútbol, pero sí en box, clavados, arquería y tae kwon do; porque no sabemos intercambiar puntos de vista. Creemos que cambiar de opinión es debilidad y que solo puede haber un camino para llegar a la meta. Somos dictadores naturales (con sus excepciones).

En un mundo ideal, las personas no mezclamos nuestros sentimientos con nuestros argumentos. No tomamos una decisión teniendo como prioridad “el estómago”, sino “la cabeza”. 

En un mundo ideal, cada opinión distinta nos enriquece y nos hace ver las cosas “desde arriba” y no con nuestra perspectiva limitada a un plano visual. 

En un mundo ideal, no investigo sobre un tema en fuentes que me dan la razón, sino busco en todas las fuentes que haya, incluso las que contradicen mis opiniones; todo esto para encontrar la verdad, y no mi conveniente verdad. 

En un mundo ideal, buscamos el punto medio de un choque de opiniones. Somos conscientes de que hay puntos de vista distintos pero igualmente aceptables y que las variantes sociales, culturales, de generación, son brechas difíciles de flanquear. Antes de luchar por tener la razón, la negociamos, así todos cedemos un poco y ganamos otro poco.  

Si Venezuela ya se libró de Hugo Chavez, ¿Porqué nosotros no podemos deshacernos de nuestro dictador interior?

2 comentarios:

Insuni dijo...

Que cierto es lo de la visión mexicana de argumentar, una forma de decir no me reclames que tuvo alguna vez una amiga mía era no me argumentes, en una plática que tuve últimamente comparábamos un diálogo con un juego de tenis o de voleibol en donde el argumento va y vuelve entre las personas y como algunas personas sin darse cuenta en lugar de tener una plática en este formato utilizan mas una forma de: Comentario, respuesta, comentario en un distinto tema, y así van brincando de un tema a otro sin llegar a entablar un verdadero intercambio de ideas.

David Park dijo...

Sí, el mexicano y más el yucateco no son muy dados a la argumentación.

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