martes, 10 de diciembre de 2013

RADIOGRAFIA DE UN FANÁTICO



En la publicación anterior te contaba sobre el fanatismo como un mal que se puede manifestar en cualquiera, no importa que creas, o si tienes buenas o malas intenciones.

De cualquier manera, el fanatismo es estúpido 

Pero antes, ¿Cómo reconocer a una persona fanática? He aquí un listado de su comportamiento: 

- Defiende su ideología sin escuchar argumentos. Generalmente contraataca, no dialoga. 
  • Cree que él tiene toda la razón del universo conocido y de los universos paralelos por conocer. 
  • Suele lanzar “flechas” argumentales con el afán de mostrar lo tonto que eres. 
  • Se informa solo en fuentes que le conviene e ignora las contrarias.
  • Su tema de conversación es frecuentemente el mismo.
  • No reconoce su error, cuando le cierras el camino, busca otra vía. 

Todas estas cosas son la antítesis del método científico. Y hasta ahora éste método nos ha funcionado bastante bien a la humanidad, no veo motivos para no usarlo también en nuestra forma de pensar. 

El fanatismo es estúpido porque la persona fanática no gana ni logra nada a su favor:

  • El fanático religioso, antes de convencer de que su creencia es positiva; da la impresión de locura. Lo último que quieres es volverte un loco radical como él. 
  • El fanático ateo... Pues igual que el religioso, en realidad son igualitos; lo último que quieres es dejar de creer para no verte como él se ve. 
  • El fanático futbolero no recibe dinero ni reconocimiento de su equipo adorado. No gana nada. Al contrario, él tiene que pagar; pero defiende sus colores como si la dignidad de su familia dependiera de ello.
  • El fanático político “evangeliza” para que un señor que jamás ha saludado (y seguramente ni visto directamente) obtenga el poder y pueda hacerse rico con los impuestos de la gente. 
  • El fanático tecnológico se desvive por demostrar todo lo genial que es su teléfono, todo lo que puede hacer y los otros no, que tan grande es, que tan rápido es. Él siempre hace la mejor compra y los demás son tontos, zombies u ovejas por no pensar como él piensa.

Lo que está detrás de todo fanático, es un dictador latente. Todo fanático pretende que pienses como él, que tengas sus gustos, su criterio, su fe. En su mundo ideal, él es el canon. El mundo fascista que un fanático anhela inconscientemente, demuestra lo roto que está por dentro.

Lo esperado es que tengamos pensamientos distintos y respetemos a los demás. Podemos expresar por qué creemos que nuestro político predilecto es el mejor, pero debemos aceptar que en un mundo de escala de grises, hay cosas buenas y malas en todo. Además... Político perfecto, ninguno; el más cercano es el que se nos acaba de ir, Mandela. El mundo era un poco mejor solo con ese hombre entre nosotros.

¡La parte gruesa!

En mi opinión, un fanático es un lienzo en blanco que toma un color para poder definirse. Como no ha podido generar una identidad propia, decide que será, por ejemplo, “Madridista” (fanático del Real Madrid) de corazón y que será un apasionado de ese equipo. 

Alguien equilibrado tiene aficiones que lo apasionan; pero él es más que solo un aficionado, él es él mismo; y puede separar el gusto y la pasión, como eso, solo un gusto. Así como no se molestará porque alguien habla mal de su equipo, tampoco se molestará porque alguien critique su color favorito; tan solo es un gusto, no un miembro de su familia o él mismo; solo un gusto.

Un fanático no es lo que deja ver, sino es el vacío que tiene dentro. Ese vacío lo llena tomando un papel que lo define y que le da una razón de luchar. Si es la religión, se aferra a ella para autodefinirse. Si es el ateísmo, esto se vuelve el pilar de su vida y el motivo de su lucha. La palabra clave aquí es “lucha”.
Si es la política, saca su enojo y frustración allí. Pero en realidad, el discurso mudo es: “Estoy enojado con algo que tengo dentro y esto es una buena válvula de escape.” 


El fanatismo lo veo como una necesidad de creer en algo. Un fanático necesita aferrarse a algo para que ello le dé la estabilidad que no encuentra. Una persona equilibrada es y deja ser, un fanático grita lo que es y quiere que seas como él en un afán de autentificar que está parado en algo sólido que le da la estabilidad añorada y que no alcanzará mientras siga en este fango del fanatismo. 

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