martes, 14 de agosto de 2012

CENA, RESCATE Y DETECTIVES




Tengo un grupo de amigos que son descendientes coreanos como yo. Son grandes amigos, de los mejores que tengo. En el año 2009 estaba en un punto de plenitud fraternal con ellos donde nadie estaba con novio o novia, o al menos no en la ciudad; así que teníamos tiempo y disposición de salir muy seguido. 

En una de esas salidas, nos encontrábamos de noche tomando un helado en un restaurante frente a una rotonda (donde era fiore bistro en Mérida, México). Estábamos al aire libre y pudimos presenciar como una motocicleta que estaba saliendo de la rotonda, fue arrollada por un automóvil. 

Ya sabes como es esto de los accidentes, no es lo mismo verlo en televisión que presenciarlo en vivo y frente a ti; el impacto visual es paralizante.  

En la moto iban dos personas, un chico conducía y una chica iba atrás. El automóvil era un Stratus de Dodge, el cual impactó en la rueda trasera de la moto, justo donde estaba la chica. Te podrás imaginar cómo las personas volaron un par de metros mientras la moto derrapaba. 

En esos momentos tratas de asimilar lo que estás viendo. 

Cuando el conductor del stratus se dio cuenta de lo que había hecho, aceleró y se fugó. Una amiga (Aglaé) logro gritarle algo… no me acuerdo exactamente qué, algo así como: "No te vayas idiota". La idea era esa según recuerdo. 

Ahora sí reaccionamos; algunas personas y nosotros corrimos para auxiliar a los accidentados mientras otros llamaban a emergencias.

Lo primero que debes hacer en casos de personas accidentadas es proteger su perímetro, tan solo haciendo eso ya estás ayudando. Así que nos dividimos. Después de cerciorarnos de que todos estábamos consientes de que nadie debe mover a los heridos (Segunda regla), me fui a hacer señales de luz para que los automóviles pasen a un lado con cuidado. 

El chico de la moto logró levantarse, la chica no. Él se quejaba del brazo, tal vez lo tenía fisurado porque le dolía mucho. La chica estaba consiente, pero se quejaba mucho la espalda y no podía levantarse, muy mala señal. 

Dos policías llegaron en sus motocicletas y les reportamos lo que pasó. Uno saló a buscar al stratus… eso fue tonto, el accidente había sido unos 8 minutos antes y solo le dijimos la marca, el color del coche y la dirección en la que fue; no creo que fuera a encontrarlo a la vuelta de la esquina.

Después de que una señora extranjera loca quisiera mover a la chica que seguía sin levantarse y luego que todos se lo impedimos y se fue molesta; llegó la ambulancia y una patrulla, entonces sí se llevaron a los accidentados.

La intensidad del momento pasó y solo quedamos la gente del restaurante y los policías. Insuni, otra amiga que seguro has visto que casi siempre comenta aquí en el blog, señaló que vio que algo se le cayó al stratus cuando escapaba. Allí recordé que también había visto eso y entonces me di cuenta que podíamos ser de mayor ayuda para este caso.

En ese año, mis papás tenían un stratus también y siempre me había hecho ruido visual la manera en la que el diseñador había resuelto poner la placa vehicular. Sucede que el diseñador del automóvil nunca consideró dejar un espacio para la placa delantera, así que Dodge había improvisado una base que apenas se sujetaba al vehículo con un par de correas plásticas. Recordé este detalle y Bernardo (otro de mis amigos) y yo fuimos a la zona donde se había caído el objeto. 

Llegamos y empezamos a buscar qué era lo que se había caído. A lo lejos vi una especie de caja de plástico negro sobre el asfalto negro y era de noche, así que el haberlo visto tuvo su grado de dificultad. Reconocí de inmediato el objeto, era la base improvisada de la placa del stratus; corrí con la emoción de haber encontrado el santo grial. Llegué a ella, la tomé en mis manos, le di vuelta y efectivamente, ¡Era la base con la placa del stratus fugitivo!

Me quedé impactado de la suerte que teníamos y la mala suerte del malhechor. Bernardo llegó para ver qué es lo que había hallado y le dije: "Es la placa". Corrimos hacia donde estaban los policías. No estábamos muy lejos la patrulla, pero disfruté cada metro recorrido. Me sentí como maratonista que está apunto de ganar la medalla de oro, como un novio que vuelve de la guerra y está a escasos 10 metros de abrazar a su novia que también viene corriendo hacia él después de meses de incertidumbre al pensar que no se volverían a ver. 

Mientras corría pensaba en lo que me diría el policía al entregarle la placa: 

Opción 1: "Gracias joven, su hazaña llegará a oídos de los altos mandos y a la prensa"

Opción 2: "Pero… ¿Sabes lo que esto significa? ¡Ahora podremos atrapar a los delincuentes!" 

Luego usaría su radio y diría: "Atención todas la unidades, un joven perspicaz acaba de darnos la pista para atrapar a los fugitivos." 

"Chico, te mantendremos informado de la situación, muchas gracias."

Opción 3: Me miraría a los ojos y con voz entre cortada por la emoción, se quitaría el sombrero y me diría: "Vaya… en mis años como policía, nunca había visto tanta colaboración ciudadana; muchacho, tu contribución me inspira y conmueve."

Opción 4: "Wow joven, no sé si sepas que hay una recompensa por todo aquel que ayude a resolver un caso, y usted ha sido acreedor a esa recompensa, ¿A nombre de quien haremos el cheque?"

Pero lo que pasó en realidad fue lo siguiente: 

El policía tomó la placa, se dio la vuelta y le dictó el número a alguien por radio… Fin. 




¡Ok! ¡Yo esperaba por lo menos un "gracias"! ¡Tampoco era tan improbable que sucediera! ¡¿Era mucho pedir?!

Aunque fue frustrante que no pasara nada con el policía, me quedó una gran satisfacción de haber encontrado la placa. El crédito lo comparto con Insuni que me dijo de esa opción, sin esa indicación yo no hubiera ido a buscarla y tal vez la placa hubiese pasado desapercibida. 

Mientras regresábamos todos al restaurante a pagar la cuenta, sentí a mis amigos y a mi como si estuviéramos dentro de película de acción donde caminamos hacia la cámara como héroes y atrás de nosotros hay una explosión que le da dramatismo al momento. Es que en verdad hicimos algo muy bueno esa noche. 

Llegando a nuestra mesa me di cuenta que había dejado mi billetera justo sobre mi silla y que nadie se había quedado a cuidar nuestras pertenencias; así que: "karma instantáneo". Aunque pensándolo bien, si no hubiera ocurrido ese accidente, tampoco nos habríamos levantado de la mesa y dejado nuestras cosas allí; así que, karma, me sigues debiendo una. 

Después de esa noche no supe más del asunto. No sé si la chica del accidente pudo recuperarse sin complicaciones, si atraparon a los fugitivos… nada. Me hubiera gustado saber.

Volviendo a nuestra secuencia de acción, pagamos la cuenta de los helados y estuvimos un rato sentados asimilando la situación; luego nos fuimos. Sin duda esa noche fue inolvidable y yo regresé a casa con una sonrisa por un trabajo bien hecho.

2 comentarios:

Insuni dijo...

Jajaja ya me dejaste haciendo memoria... Estás seguro de que fui yo???? Suena a algo que no olvidaría

David Park dijo...

En mi mente sí fuiste tu, lo tengo muy claro. Pero si quieres unificamos criterios y decimos que a mi se me ocurrió todo el asunto de ir a buscar la placa =P

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