lunes, 15 de julio de 2013

LA NECESIDAD DE TENER UN HIJO - PARTE 2 - RAZONES




En el capítulo anterior (del tema, no el de hace dos semanas):  

Tener un hijo no debe ser tomado a la ligera, si lo haces le puedes desgraciar la vida a un ser humano. Te explicaba que hay razones egoístas para tener un hijo; estas se basan en la necesidad de uno mismo y no en el amor. En esta ocasión ahondaré en éstas razones equivocadas por las cuales la gente tiene hijos. 

Entrando a este capítulo:

No he hecho un estudio de mercado enorme, pero en las conversaciones entre amigos trato de ver puntos de vista y encontrar la respuesta honesta y desinteresada que explique la necesidad de tener un hijo.

Cuando he dicho en público que no quiero tener hijos, pocos me alientan en permanecer con esa postura, y muchos siguen el siguiente patrón: 
  • Se sorprenden 
  • Hacen juicios. Los juicios suelen ser prejuicios porque aún no escuchan mis razones. 
  • Insisten en que estoy mal y me hacen preguntas para reflexionar.
  • Suelen enojarse un poco.
  • Me conjuran a una vida de soledad al no encontrar una mujer con mi visión.
  • Finalmente, me tiran a loco o me dicen con un cierto aire de amenaza: “Ya te veré en unos años”. 
Dejaré a un lado el punto uno y dos porque me da flojera y me centraré en el tercer punto. 

Las preguntas que me hacen para reflexionar y querer cambiar mi postura hablan de lo que para esa persona significa tener un hijo. Al lanzarme sus preguntas abren una ventana a su psique y me dejan ver el argumento inculcado o aprendido de la necesidad de tener un hijo. Todos hacemos esto a cada momento, exponemos en cada interacción nuestra filosofía de vida. Lamentablemente, ningún razonamiento hasta ahora lanzado, me ha hablado del hijo, todos me han hablado de los padres. Tal vez sólo quieren convencerme mostrándome lo que yo ganaría, tal vez en su mente hay más razones, pero a una persona la convences de algo mostrándole lo que obtendrá de recompensa; Sea como sea, nadie me ha dado el argumento correcto. Aquí algunos ejemplos:

TRASCENDENCIA

Hace un mes, una nueva mamá me dijo algo que muchos me dicen: "¿Qué no quieres trascender?" 

Yo me pregunto: ¿Para qué la gente quiere trascender? Dejar un legado, se recordado por muchos, marcar una diferencia en la vida de los demás; todo eso suena muy bonito, pero de alguna manera ¿No es un monumento a nuestro ego? Hay gente que salva vidas al rededor del mundo ¿Alguien sabe sus nombres? Justin Bieber solo hace música pero todos saben de él y lo sabremos durante 20 0 30 años más, ¿Eso es trascender? No entiendo la relevancia de la trascendencia.  

¿O se trata de trascender para tu hijo? Sí, en definitiva serás una persona de suma importancia para él. ¿Eso te motiva a tener un hijo, el ser importante para alguien? 

¿Por qué un hijo es una forma de trascender? ¿Acaso cuando ves a amigos de tu edad piensas en sus papás?

Platicaba con una amiga al respecto, y aquí la charla:
A -Y ¿Quién te recordara cuando mueras?

Davo - Para algunos eso es trascender... pero vuelvo a mi pregunta ¿Para qué te sirve trascender? Ya no te afecta, ya estás muerto. Impacta hoy a los que te rodean, siembra un árbol o algo así; pero un hijo no es garantía de nada. 

- Y cuando llegue al final de tus días cuando requieras de alguien, cuando la soledad te alcance y te vuelvas más vulnerable, no tendrás ese amor que un hijo podría ofrecerte...

Sé qué eso se enfoca más en mi seguridad, pero igual en la necesidad de sentirme amada ¿No?

- Un hijo no es garantía de eso, pero sí sería bonito tenerlo para no sentirse solo de viejito. De cualquier forma, es un motivo personal. No te impulsa el amor, te impulsa el miedo a la soledad. 

La pregunta más importante y crucial: ¿En qué le beneficia a tu hijo que tú trasciendas?


LAS MUJERES SON COMPLETAS CUANDO SON MADRES

“Sé qué a los hombres no le es muy relevante lo de los hijos, pero dicen que el sueño de toda mujer es ser madre; nunca lo he sentido, realmente ni siquiera he pensado que podría ser una buena, no creo tener mucho que enseñarle a un bebe... Pero me dejo pensando.”  - Mi amiga de la conversación de arriba. 

Las mujeres están preparadas físicamente y mentalmente para ser madres. Su fisionomía (lo que nos despierta el libido a los hombres) gira al rededor de la maternidad. Los cambios hormonales que hacen que la niña se convierta en una mujer, son cambios orientados a la concepción: caderas amplias, pechos voluminosos, menstruación... Y algunos otros supongo, no soy ginecólogo. 

Y aunque el cuerpo femenino grita: “Estoy hecha y lista para tener hijos”, como mujer quieres tener la talla adecuada de busto para lucir más femenina, más atractiva; no piensas: “Hay, que bueno que soy copa C, así mi hijo tendrá mucha leche para beber.”  Y créeme que como hombre tampoco piensas en los beneficios que tu hijo le puede sacar a la copa C, piensas en los beneficios que tú puedes tener. (Sí, está la teoría de que en el subconsciente primitivo buscamos mujeres con caderas y pechos grandes porque están mejor adaptadas para ser buenas madres. Pero dejemos eso de lado.)   

Sin duda, ser madre te despertará sensaciones y estados emocionales positivos. Pero muchas mujeres no pueden tener hijos, algunas otras no quieren tenerlos. Las que no pueden, suelen frustrarse al respecto; las que no quieren, son felices así; hay de todo y la felicidad y plenitud parece que se alcanza de varias maneras. 

Pero no soy mujer, no podría concluir algo definitivo. 

GUSTOS POR LAS ETAPAS DE UN NIÑO

Las razones expuestas con las que tratan de convencerme para tener un hijo admito que pueden tener cierta solidez... No me parecen muy maternales que digamos ya que piensan en ellas mismas, pero bueno... Puede funcionar. Pero la que sí está terriblemente chistosa es la siguiente: 

Caso 1: Está una mujer cargando a un bebé y me dice: “Mira David, a poco no te gustaría tener a un bebito así”. 

Caso 2: Está mi sobrinita muy bonita de 3 años, dice algo chistoso de una manera tierna y me dicen: “Mira David, a poco no te gustaría tener a una niña así”

Y como soy un amargado, digo en mi mente: “¿No te gustaría saltarte la etapa en la que se vuelve adolescente y tienes que lidiar con eso? ¿O saltarte la etapa en la no duermes por cambiar pañales? ¿O cuando no puedes comer en paz porque hay un niño de 5 años friegue y friegue?”

Exageré para establecer un punto, pero el hecho es que me han querido vender una experiencia de un par de minutos, en una etapa de vida específica del bebé, pero firmando un contrato de toda la vida. 

Habrá una tercera parte en la que aterrizo las ideas, te presento la razón más honesta que he encontrado para tener hijos, te doy el testimonio de una madre joven, y termino de manera feliz; ya ha sido mucha rebeldía hasta este momento. 

martes, 2 de julio de 2013

ESPAÑA VS BRASIL; MÁS QUE FUTBOL, UNA ACTITUD





Hago una pausa al tema seriado de los hijos para hablarte de algo actual, la final de la Copa Confederaciones. 
Tal vez es la primera vez que llegas a mi blog, así que te cuento que mi blog no es deportivo; no haré un análisis futbolístico, una crítica al desempeño de grupo vs el desempeño personal, un desdoble de la estrategia propuesta por Del Bosque y por Felipe Scolari; pero aunque no hablaré de fútbol puro, hablaré de la escénica de este.
Tal vez eres de los que constantemente me leen (muchas gracias de paso), así que sabes que le sacaré la vuelta al asunto para que sea relevante para ti o por lo menos disfrutes la lectura. 
Desde adolescentes, un primo y yo idolatramos a Brasil futbolísticamente. En los mundiales de fútbol, a México lo eliminan en los octavos de final, así que los mexicanos tenemos que mirar a otros países para heredar nuestro apoyo y pasión hasta el final del torneo. Como Brasil es el mejor paladín de nuestro continente, termina siendo quien recibe el apoyo de toda América; opiniones más, opiniones menos. 
Por otro lado, Brasil tiene la tradición del “jogo bonito”, de jugar con gracia, con soltura, de hacer maravillas con el balón; puedes ver como se divierten haciendo su trabajo. Así que no solo se vuelve una delicia ver jugar, a Brasil, sino que es todo un ejemplo de vida al mirar a alguien que disfruta su trabajo. 
Además, Brasil transmite “buena onda”, es uno de los 3 países americanos que no hablan el castellano, pero junto con Canadá, Brasil es de los “hermanos americanos” que Hispanoamérica abrasa con cariño. En mis dos años en España, mi mejor amigo era un brasileño con quien iba a un restaurante que se convirtió en un clásico, un restaurante rodízio; por favor, no mueras sin antes ir a uno en la ciudad donde te encuentres; y por supuesto que te recomiendo la picaña. 
Así que por una razón u otra, Brasil siempre ha ocupado un lugar especial en mi corazón.
Pero bueno... Pasan los años, y llegamos a la Copa Confederaciones 2013, un torneo que reúne a los mejores de cada sección continental, al campeón del mundo y al país local. México, que ha ganado esta copa hace varios años venciendo a Brasil es eliminado en la primera ronda por ese mismo país. 
Entre que México fue eliminado por Brasil y entre que viví dos años en España, viví su conquista de la copa del mundo y vi el alza del Barcelona (mi equipo español favorito por azares del destino), tomé por primera vez la resolución de que mi simpatía iría hacia España. No es americano, pero al menos hablan castellano, y le tengo mucho cariño, y juegan con elegancia.
Llegó la final esperada, Brasil vs España. Mi decisión personal tomada unas semanas atrás se materializó en ese momento. Era una alegría para todo el mundo ver al famoso Brasil jugar contra el campeón del mundo. Se presagiaba un juego increíble. 
Aquí está el asunto de esta publicación. 
Brasil comenzó con fiereza el partido, España apenas podía meter las manitas para que los golpes cariocas no le dieran tan duro. Fue tan arrollador el inicio Brasileño que metieron gol al minuto uno. 
Por supuesto que ese ritmo es insostenible, así que poco a poco fueron bajando el ritmo y España empezó a jugar por fin. Empezó a hacer los diez mil toques en el medio campo como nos tienen acostumbrados. Empezó a hacer sus triangulaciones mortales y el partido se niveló por un momento. 
Como Brasil sabe, si le dejas el balón a España te marearán, así que los sudamericanos empezaron a cortar el flujo del juego metiendo pequeñas faltas, pequeñas pataditas, jaloncitos y recargones estratégicos. Nunca una patada muy fuerte, su intención no parecía lastimar, sino cortar la jugada. 
Esta actitud de contrarrestar el virtuosismo con una estrategia poco reluciente pero efectiva, ya se había visto en equipos que jugaban contra el Barça, cuyo estilo y la mitad de los 11 titulares de la selección española le pertenece. La discusión era: ¿Ganar a cualquier costa o ganar jugando bien? O ¿Qué es jugar bien, una estrategia eficaz o un fútbol propositivo y virtuoso?
Las opiniones están divididas, pero si me preguntas a mí, yo abogo mil veces por el fútbol propositivo y virtuoso. 
Fuera del fútbol sucede igual. Muchas personas cercanas a mi quieren ganar en la vida sin importarles cómo. Si tienen que hacer trampa, pisar a su propia familia, actuar bajo el agua, lo hacer con el único fin de ganar. ¿Te recuerda a alguien? 
Brasil no es la selección de Nicaragua para tener que dar patadas y así controlar al rival. La súper potencia Brasil tiene argumentos futbolísticos para mostrar cómo se juega este deporte, en cambio decidió recurrir a las infracciones de la ley para estorbar a una España que quería jugar como Dios manda que se juegue el fútbol... ¡Sí! Es Bíblico... No, no es cierto.
Claro, España falló un penalti, y expulsaron a Piqué por meterle falta a Neymar, el cual no dejaba de fingir que lo golpeaban y tirarse al suelo como si le hubieran dado un balazo (que vergüenza de figura brasileña); la expulsión fue correcta.... Vaya, quiero decir que España tuvo su oportunidad y la dejó ir; tampoco voy a defenderla ciegamente. 
Como te decía, hay personas que ven la vida como un campo de batalla, donde no hay honor ni dignidad de por medio; donde lo único que importa ganar. Son mercenarios que buscan el dinero, la fama o el reconocimiento a costa de lo que sea necesario. 
Piensa en un ladrón, ellos quieren tener dinero pero dedican sus esfuerzos a robar el trabajo de otros en vez de trabajar ellos mismos. Son buenos en lo que hacen, pero enfocan sus talentos al mal. ¿Por qué siendo tan habilidosos van por el camino oscuro? Simple y sencillamente porque se consideran escoria. Al quitarte algo que es tuyo, reconocen públicamente que ellos mismos no pueden obtenerlo, reconocen que son inferiores a ti, que la única manera que tienen de sobrevivir en esta vida es teniendo un cachito de ti; así como las ratas y cucarachas que viven escondidas en tu cocina esperando que algo caiga de ella y deslizándose por la noche para recogerlo. Ellos no lo reconocerán, se definirán a sí mismos como gente astuta, que logran flanquear la ley y tu inteligencia... En el fondo saben la verdad, todos sabemos en el fondo nuestra propia verdad.
No estoy llamando a la selección de Brasil ratas o cucarachas, pero ese ejemplo de “golpeo para evitar que tu juegues y luzcas” me parece patético, y más para Brasil. Con su fútbol, con sus estrellas, con su maracaná y su gente pudo ganar con honor.
Al terminar el juego me fui molesto a cenar con unos amigos. No estaba molesto porque mi equipo favorito haya perdido, sino porque el Brasil que tanto quería se rebajó tanto. Estaba decepcionado. Es como tener una novia que termina contigo y empieza a vivir la vida loca. No te duele tanto que se divierta con alguien más, te duele verla caer así.
Soy hijo único, pero nunca me ha gustado que mis papás me regalen cosas así no más. Nunca me ha gustado saludar con sombrero ajeno; me gusta que mis glorias sean mías, y no prestadas. Creo en la virtud de las cosas y las personas, creo en que el esfuerzo duro trae resultados. Creo que la persona esforzada puede superar al virtuoso por naturaleza. Creo que llegará el día en el que mire hacia atrás, y ya sea que tenga poco o mucho, sabré que lo que tengo lo merezco, que es el fruto de mis manos y que puedo estar orgulloso. 
No simpatizo con filosofías como: “Esta vida es de los que se ponen vivos”. Expresión mexicana que se refiere a estar atento a las circunstancias para sacar provecho a como dé lugar. Insuni me sugiere otra más explícita: “Los vivos comen de los tontos, y los tontos nomás de su trabajo.”
No simpatizo ni con usar claves en Age of Empires para obtener recursos ilimitados, entonces ¿Cuál es el chiste de jugar si no hay retos, si no tienes que esforzarte para lograr algo? 
Y Neymar... Neymar, Neymar. La figura brasileña, el que hace magia y en 8 segundos ya te metió un gol de la nada, es una vergüenza. Porta la histórica y honorífica camiseta 10 de Brasil que han portado solo los grandes como: Pelé, Rivellino, Zico, Rai, Rivaldo, Ronaldinho y Kaká (que por cierto, que pena por Kaká que se desperdicie en la banca del Real Madrid, que bueno que Mourinho ya se fue); pero se comporta con la dignidad de cualquier jugador amateur del campito cerca de mi casa. Finge faltas, provoca a sus rivales, ostenta una actitud pedante; es una vergüenza. Pero ahora que se vaya al Barça ahí lo van a educar, sabrá que el fútbol europeo es de clase, no de nacos. 
Ver a Brasil festejando por apenas haberle ganado a Uruguay y así pasar a la final, fue triste. Parecía como si hubieran ganado la copa del mundo. Brasil no está para esas cosas. 
El fútbol es profundo si se le quiere ver así. Tiene historias que pueden convertirse en películas. Tiene un efecto similar al que tiene el poder; muestra quien es quien realmente. 
¿Quieres saber cómo es alguien en verdad? Dale poder. ¿Quieres saber cómo es alguien en verdad y no tienes poder que darle? Juega fútbol con él. En esas circunstancias el verdadero carácter aflora. Allí puedes quien es egoísta, quien sabe compartir, a quien le gusta lucirse, quien es explosivo, quien es mesurado, quien es líder, quien no tiene una autoestima alta, quien es mal perdedor, quien es buen ganador. El fútbol es muy interesante. 
Apoyo a España, porque sus goles son a base de intento e intento. Juega en equipo y también tiene figuras, pero esas figuras solo apoyan el trabajo de equipo, no son luminarias por y para sí mismas. Esa es la filosofía de vida que abrazo. 


martes, 18 de junio de 2013

LA NECESIDAD DE TENER UN HIJO - PARTE 1 - DECISIÓN, NO DEBER




Antes de empezar, quiero contarte que tengo nueva editora y correctora. Gracias Insuni por postularte para esto. 

Ahora sí al tema:


Los seres humanos... Los seres humanos. 

Los seres humanos somos una cosa muy compleja, y las mujeres más, pero eso es punto y aparte. En general los seres humanos tenemos tantas oportunidades de hacer mal las cosas, que el hecho de que alguien triunfe significa que logró la hazaña de esquivar las balas al estilo Matrix. Esas balas las disparan las circunstancias de la vida, también las demás personas, pero la mayoría de ellas las disparamos nosotros contra nosotros mismos. 

La mayoría de nuestros problemas sólo se tratan de nosotros mismos metiéndonos el pie. Me refiero a que son consecuencias de nuestras fallas, de nuestros temores, de nuestras muletillas mentales, de nuestra falta de responsabilidad hacia  las decisiones tomadas por nosotros mismos, de nuestra carencia de carácter, de nuestra apatía por el pensamiento racional.

Déjame hablarte de un ejemplo en paralelo al tema:

El problema de tener perros de mascotas no es el tamaño, o que no se bañan solos, o que no cazan su propia comida, o que no entierran sus heses como los gatos. El problema de tener a un perro de mascota radica en que es muy emocional. Entonces, si una persona es dueña irresponsable de un perro, el animal sufre; y sufre a tal grado que le quedan traumas e inseguridades como a los humanos. Si a un gato no le das comida, él la busca. Si a un gato no le dedicas mucho tiempo, simplemente no se encariña contigo y le das igual también. El perro no, el perro necesita tu cariño, necesita tu atención, necesita tu estabilidad mental para él estar estable también. 

¿Quieres saber si en una casa hay amor entre sus miembros, hay estabilidad emocional, hay armonía y seguridad? Mira a su perro. Los perros son un espejo de nuestro carácter. Un perro amoroso viene de dueños amorosos. Un perro que ladra o gruñe a quien pase por la calle, viene de dueños poco atentos y poco estables. Un perro que hace lo que quiere en casa, revela que su dueño es consentidor; no hay que ser un genio para darse cuenta, pero tal vez sea que le dueño es indisciplinado también. Sea como sea, un perro de mascota es un espejo de uno mismo. Como dice César Millan (el encantador de perros): “El verdadero trabajo de educar a un perro, consiste en educar al amo”. Por eso tener un perro es algo serio, porque estás cargando con la salud emocional de otro ser.

Ahora sustituye el concepto del perro del planteamiento anterior y aplícalo al hecho de tener un hijo. Los hijos son el espejo de nuestras carencias y virtudes; pero también son una responsabilidad emocional y psicológica. Entre otras cosas, por eso me gustan los gatos, aunque soy buen “amo”, siento menos responsabilidad emocional y psicológica en comparación a que tuviera un perro. Si no puedes tener un perro, un hijo será un riesgo muy importante a tomar, y el riesgo no es para ti, es para él... Bueno, también para ti; pero el niño no se tiene la culpa.  

Una introducción larga indica un desarrollo delicado; pero rompamos la sutileza con la siguiente afirmación mía: “No quiero tener hijos”. 

Como te decía, los seres humanos somos complejos, y cualquier descuido hace que nos descompensemos emocionalmente. Una relación tormentosa, unos padres equivocados, una infancia difícil, una mente débil, la poca resiliencia; todos esto y muchos otros motivos hacen que crezcamos con traumas, con inseguridades, con vacíos que necesitan ser llenados y con puertas mentales que las clausuramos y no queremos queremos volver a abrir jamás, ni que alguien intente hacerlo porque el dolor que hemos encerrado ahí es muy grande y si sale hará destrozos. 

En un mundo perfecto, las personas llegaríamos a la edad adulta con una plena madurez emocional. Decidiríamos con quien casarnos guiados por la atracción física y la compatibilidad de carácter. Disfrutaríamos de la vida en pareja y después de un tiempo de vivir esta experiencia, decidiríamos que es hora de tener hijos. 

En el mundo real, hay de todo tipo de situaciones: las personas se embarazan siendo  adolescentes, se buscan parejas a la cual poder someter, se casan porque la otra persona tiene dinero, o porque es muy atractiva, se casan porque ya tienen 30 y la gente empieza a rumorar cosas a tus espaldas, se casan porque necesitan estar a la par con sus amigos ya casados. Pero muchos aún se casan con la conciencia de que aman a esa otra persona y quieren tenerla cerca toda la vida. 

Entre esta tormenta de situaciones reales y de balacera emocional; quien logre ser una persona equilibrada emocionalmente “que arroje la primera piedra”. Pero una cosa es cierta, así como los perros maleducados vienen de dueños inmaduros, los hijos pueden ser producto de la inmadurez, pueden venir a sufrir por nuestra culpa y pueden heredar nuestras carencias emocionales. Tener un perro es un ensayo de qué es tener un hijo. 

No quiero tener hijos. Conozco a algunas personas se oponen a lo popular solo por el hecho de ser popular. Es verdad que lo popular tiende a degradarse, pero a estas personas solo les gusta estar en contra de lo establecido para sentirse especiales, sentirse que no son del montón, que no son ovejas que siguen a la manada. Ese no es mi caso. No es que no quiero tener hijos porque todo el mundo los tiene y me gusta llevar la contra, sino por principio; déjame que te siga contando. 

Te invito a que me des razones por las cuales debería cambiar mi postura de no querer tener hijos. No tienes que escribirlas en los comentarios, solo piénsalas. De esas razones que ya pensaste, ¿Cuantas te benefician a ti mismo? ¿Cuántas benefician a tu futuro hijo? Entonces, ¿Quieres un hijo por amor a él o por amor a ti? 

Deja esa idea ahí en tu mente que la retomaremos después. 

Desde niño alguien te dijo que era lo que debías hacer. Te dijeron que irías al Kinder y allí te decían que hacer. Te dijeron que después seguía la primaria donde también te decían que hacer. Luego la secundaria, luego el bachillerato, luego la carrera y luego buscar trabajo. Esa es la secuencia, tal vez la carrera es opcional, pero esa es la secuencia. Y en cada uno de esos pasos, tus superiores te decían que hacer. Llega el momento en que cuando nadie te dice que hacer, te sientes desorientado. Hay mujeres que estudian su carrera en lo que se casan. Hay adolescentes que tienen novios porque les hace ilusión tener a alguien, no porque estén realmente enamorados de esa persona. Muchas personas viven a base a patrones establecidos, en constante búsqueda de la “siguiente experiencia consecutiva” de la vida y con la consigna de tachar la lista de cosas por hacer en tu paso por este mundo. Estas son las ovejas que solo siguen a la masa. Pero posiblemente encuentren su estabilidad personal en esa búsqueda; ser oveja o no serlo no te da garantía en plenitud; el problema es cuando se acaban los dictámenes sociales a los cuales seguir, entonces te encuentras con el vacío. 

Los hijos suelen ser de las últimas cosas a tachar en la “lista de la vida”, y creemos que es nuestro deber en la vida tachar toda la lista; pero no es nuestro deber, es nuestra elección. Nadie nos obliga a nada. Si eres cristiano y piensas en Génesis 1:22 “...Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra ...” No... Eso fue a Adán y a Eva porque solo eran dos personas en el planeta, ahora somos 7 mil millones, lo que menos necesitamos son más humanos; ya cumplimos la misión, ya llenamos la tierra, ahora bájenle. 

Lo que más temo es que hay personas que tienen hijos porque ya no tienen más metas en la vida. Han llegado al final del camino que su conciencia les deja ver y el sentimiento de vacío les impulsa buscar otro proyecto por el cual luchar y justificar su existencia, y los hijos están ahí como un proyecto a largo plazo. Estas personas tienen hijos por amor a ellas mismas, no por amor hacia su futuro hijo; es un motivo egoísta. 

Si ya tienes un hijo, seguro que opinas que es lo mejor que te ha pasado en la vida. Ya sea que ese hijo haya sido planeado o no, te ha cambiado la vida. Estoy de acuerdo con eso, no te lo contradigo, es algo que puedo ver en la mayoría de mis amigos que ya son padres. No estoy diciendo que el tener un hijo sea malo o absurdo; pero sí pretendo mostrarte que las razones deben ser las correctas. Y la razón correcta nunca será una razón egoísta. Te puedes engañar todo lo que quieras, pero si en el fondo sabes que quieres un hijo para suplir una carencia emocional que tienes, las cosas no saldrán bien. 

Curiosamente, si no te cuidaste y tienes un hijo por accidente y asumes tu responsabilidad, entonces te conviertes en mejor padre en comparación de aquel que tiene un hijo planificado pero movido por razones egoístas; porque en el caso del padre accidental, no fue tu decisión, pero te haces responsable de ella. No necesitabas un hijo, pero lo recibes con cariño. Esa, creo yo, es la esencia de ser padre: No necesitar un hijo, pero amarlo si llega a venir.  

No se trata de los hijos, se trata de los motivos correctos. 

martes, 4 de junio de 2013

EN DEFENSA DE LOS SUPERCAMPEONES  (OLIVER Y BENJI)




Un pequeño paréntesis antes de comenzar. 

En una cena entre amigos la semana pasada, alguien contó que me leía, o por lo menos que me había leído algunas veces; me sorprendió porque no pensé que le interesara lo que escribo aquí, y aunque lo único que dijo fueron cosas malas (ella es así conmigo), me da gusto que se haya dado una vuelta por este espacio. 

Hay algunas columnas que sostienen y justifican mi blog:

1.- Inició siendo una bitácora de viaje durante los 2 años que estuve en Madrid. 
2.- Al regresar a México, se volvió una bitácora de vida. 
3.- Escribo para mi mismo. 
4.- Escribo motivado por las 1,500 visitas mensuales (he bajado en visitas a comparación de hace un año) 

Me encanta que escribas tus comentarios en la sección de abajo, siempre lo ando pidiendo. Han sido muy amables con su retroalimentación; incluso los que me contradicen, he aprendido mucho de ellos. Gracias. Sin embargo, como podrás notar en mis 4 columnas, el mayor motivo del blog soy yo. Eso mismo hace que tus visitas y tus comentarios me motiven tanto, porque de alguna manera te interesan mis ideas o mi estilo al escribir (aún con faltas de ortografía y errores de redacción); y eso, en verdad, te lo agradezco de corazón. 

Ahora sí, voy de lleno al tema de esta publicación.

Aún hoy en día disfruto ver caricaturas. El pretexto siempre ha sido que me gusta dibujar y aprendo al ver los dibujos animados. Ha pasado el tiempo y hoy por hoy me dedico a ilustrar profesionalmente (como había querido desde niño), así que reitero mi razón meramente profesional de ver caricaturas. 

Un poco es cierto ese motivo, un poco no. Cuando veo una caricatura suelo ponerle pausa a alguna escena para analizar el dibujo y realmente aprender y sacar ideas; pero también me emocionan las historias, los chistes y las batallas. Soy un niño grande. 

Siguiendo con mi autodefensa, muchas caricaturas de hoy no soy hechas para niños, buscan un público juvenil e incluso adulto. 

Todo joven y adolescente que se digne de serlo vio alguna vez ese ánime (animación japonesa) de los chicos futbolistas, en latinoamérica llamada “Supercampeones”, en España “Óliver y Benji”; y les guste o no esa producción, es una referencia importante que abarca dos generaciones. Trata de recordar las conversaciones actuales con tus amigos cuando abordan el tema de las caricaturas de la infancia, ¿Verdad que los supercampeones salen a relucir inevitablemente? ¿Y qué es lo alguien dice al respecto?: 

“... ¿Recuerdas a los supercampeones? Que corrían y corrían y no se acababa el campo, y luego tardaba un juego 10 capítulos, y luego para patear un balón podían durar toda la media hora del capítulo, o la chilena de Óliver de 5 metros de altura y el balón que rompía la red y el guante del portero.”

Todo lo anterior se dice de forma peyorativa, pero nadie dice nada de Dragon Ball, de los tranformers o de los caballeros del zodiaco. ¿Qué a nadie le parece exagerado destruir planetas con un rayo que lanzas de las manos, o que existan máquinas con vida, o que derrames 20 litros de sangre y sigan peleando? Todo lo anterior lo ven creíble, pero no vaya a ser que alguien salte sobre la portería para hacer una chilena porque “eso sí les parece exagerado”.  

Así que me hago solidario a estos jóvenes futbolistas asiáticos y abogaré por ellos (sí, así se banal, pero así de relevante). 

PUNTO 1 - LO IMPOSIBLE

A mi papá le molestaba que viera los supercampeones; cuando él escuchaba que yo lo estaba viendo, llegaba al cuarto y me decía: “¿Porqué ves eso que no es real? Para eso ve el fútbol de verdad”. Ya te imaginarás, me pasé la infancia viendo esta caricatura a escondidas para que mi papá no me regañara. Como si las películas que él ve y los reality shows sí fueran reales... Pero en fin. 

A ver chicos y chicas, claro que una caricatura es exagerada, ese es el chiste. Si quieres ver pura realidad, asómate por la ventana. Si veo una caricatura es para entrar en esa fantasía que te proponen. Por otro lado, nadie dice que el Rey León es exagerado, a nadie le molesta que un león hable y cante, pero sí que un niño recuerde el drama de su vida antes de patear un balón. Me asustaría menos ver al niño en pausa en medio de una chancha de fútbol, que ir a zoológico y escuchar un musical en la jaula de los leones.  

Así que, o todos coludos, o todos rabones. 

Es el equivalente a la crítica general hacia Hulk: “¿Cómo es que crece tanto y no se le rompen los pantalones”; pero nadie se cuestiona el hecho de que aumenta 5 veces su masa en segundos, eso sí se nos hace creíble. 

PUNTO 2 - DRAMATISMO

Critican que el balón rompa cosas, el se aplaste simulando velocidad, que le salga un brillo, que desgarre camisetas, que el portero use los postes para impulsarse; pero nadie dice: “Hay sí, hay sí, ahora resulta que los niños tienen magia y vuelan en escobas ¿No?” 

Esos recursos de los supercampeones se hacen para maximizar emociones y experiencias, y lograr impresionarte. 

Como tal vez sepas, todo ánime comienza siendo un manga (cómic). En el manga de los supercampeones, la selección de Japón va al mundial y les toca enfrentarse a México en su grupo. Entonces estaban los protagonistas en el lobby del hotel, jugando con el balón por su puesto... Porque eso es lo normal que uno hace en el lobby... y en una de esas se les va el balón y lo atrapa con el pié un personaje misterioso. Con la presión de su pierna aplasta el balón y lo rompe. Todos se asombran a ver que se trataba de ¡Ricardo Espadas! El portero de México, que en la realidad era Jorge Campos, ¡Así es, el Brody!







No es una suposición, el uniforme es exactamente el mismo, hasta los guantes. 


México pierde 2 -1 con gol de Steve (no recuerdo como se llama en España) rompiendo los guantes de Jorge Campos en un remate después de un primer tiro del tigre suyo... Pero el chiste es ver a jugadores mexicanos reales contra tus ídolos de la infancia. La historia nunca llegó al ánime por eso pocos saben de ella. 


En contraposición, la próxima publicación será la más polémica de mi blog; así que este tema fue la calma antes de la tormenta.