martes, 10 de septiembre de 2013

INTERESES ENTRE SEXOS




El amor romántico puede convertirse en uno de los temas centrales de nuestra vida. Por lo menos en la adolescencia y juventud, definitivamente es el tema central. También está el trabajo y la escuela como temas de mucha influencia en nuestro haber, pero la constante es el amor; y si estamos enamorados, de inmediato se vuelve la prioridad número uno. 

El amor adolescente es el mejor de todos. En esa etapa realmente amas por que sí. En general, a chicos y chicas adolescentes nos gusta alguien por como luce, cómo nos trata y cómo piensa; y las mujeres le pueden agregar el que el chico sea bueno en algo.

Pareciera que de eso se trata el amor, alguien me gusta por su físico y también por su manera de ser y de pensar. Punto. Pero luego como chica vas creciendo, entras a los 18 años y mientras más avanzas al final de esta década y comienzas la de los 20 años, por ahí de los 24, 25 años descubres que el amor y la elección de novios va más allá de los parámetros adolescentes. De repente ya no lo es todo que el chico sea guapo, bueno e inteligente; sino que necesita un “valor agregado”. 

Antes de empezar la parte fuerte cabe señalar que, como ser humano con mis hemisferios cerebrales aceptablemente intactos, entiendo que jamás puedes generalizar, que cada caso es distinto y que el los clichés no siempre tienen razón. Dicho esto, continuo:

De repente como chicos, nos damos cuenta que tu compañero de la prepa (bachillerato) que tiene un automóvil, es más popular entre las chicas; luce más sofisticado y más capaz que tú que te vas en autobús o metro, o algún transporte colectivo, o eres recogido por tu mamá a la puerta de la escuela. Descubres que los parámetros comienzan a cambiar. 

Ahora “tener” es un factor importante. Y aunque en el amor no hay reglas, sin duda los hombres más aptos para la conquista en la etapa universitaria son aquellos que sale más, que se divierten más, que son más fiesteros y que prometen, de forma indirecta, que saben cómo vivir la vida a lo grande. 

Como chica, descubres que tu apariencia es muy importante, así que te esmeras en ella, cada quien en su posibilidad. Las chicas menos atractivas son menos asediadas, y las más guapas son el centro de la atención. 

Termina la universidad y comienza la etapa del trabajo, entonces, justo cuando ya sabías que el salir de fiesta y la actitud rebelde era la fórmula perfecta para conocer chicas y ligar; los parámetros cambian de nuevo. Ahora, si como hombre te la vives en la fiesta, comienzas a ser un mal partido para las chicas. Ahora debe haber una moderación. 

Las mujeres comienzan a tener la intención de casarse y para eso, buscan a alguien que les dé una estabilidad en todos los aspectos. 

Llegamos a un punto en el que es hora de casarse y ya eres más selectivo con quien será tu pareja; y si tienes la introspección necesaria y miras hacia tu “yo” adolescente, te darás cuenta de que tus parámetros sentimentales ya no se parecen a los de ahora. 

El amor es un asunto de interés. Estás con alguien porque te gusta ver a esa persona y te gusta cómo te sientes con ella. De una manera primitiva, nos enamoramos porque nos gusta estar enamorados. Nos gusta lo que sentimos al besar, acariciar y demás cosas. Nos gusta generar una sonrisa en nuestra pareja porque nos hace feliz verla feliz también. Y no es que esté mal, así son las cosas y los humanos nos movemos por interés, no es necesariamente un asunto egoísta. 

Los hombres somos los que a temprana edad mostramos que somos interesados. El hecho de que seamos muy visuales hace que nos gusten las niñas bonitas de nuestro salón de primaria. Nos enamoramos de la maestra guapa, no de la fea. De adolescente nos gusta la chica bonita y la que luce más como mujer que como niña. Básicamente poco cambia nuestro patrón de elección de novia. En la juventud nos interesa también que tenga una cultura general decente, que sea agradable y entusiasta... Pero siempre y cuando esté bonita; y como la belleza es relativa, pues cada quien busca a personas distintas y hay de todo para todos. 

Son menos los hombres que se casan por intereses sociales y/o económicos; pero los hay, y pobrecitos. 

Las mujeres, gracias a Dios, no se fijan tanto en la apariencia; eso nos permite tener una oportunidad de oro. Ellas aprecian más la experiencia, sentirse cuidadas, protegidas y el sentido el humor es muy valorado. Por eso los hombres feos pueden tener parejas muy guapas, porque al no confiar en su físico desarrollan la labia... O el dinero. Y aquí vamos entrando al interés femenino. 

Hay mujeres en México sucumben ante la tentación de una estabilidad económica para aceptar a un hombre en su vida. Desde niñas son expuestas a patrones donde el hombre de la casa es el proveedor y la mujer es el apoyo. Gracias a la serie de televisión “Sin tetas no hay paraíso”, nos llega las historias de la vida de muchas mujeres colombianas que quieren lucir espectaculares tan solo para enganchar a algún narcotraficante y vivir como reinas. De ahí una frase que toda mamá mexicana le ha dicho a sus hijas: “Mira a ese muchacho, es buen partido”... Con “partido”, se refiere a que no vas a tener necesidad. 

Toda vía hay chicas que buscan el amor de la forma menos viciada posible y quieren pasar su vida con quien las haga sentir seguras y queridas, aunque tengan que hacer equipo para pagar los gastos de la casa; y son mi luz en medio de la oscuridad. “Dramático” me dice mi correctora de texto =P

Si lo miras desde un lado crudo, es triste que ambos sexos seamos interesados; los hombres en el aspecto y las mujeres en la estabilidad económica. Pero si lo miras desde otro lado; así ha funcionado el ser humano desde hace (por lo menos) varios siglos. Y también es un asunto que transciende fronteras, desde los árabes que dan ganado a cambio de desposar a una mujer, hasta millonarios en cualquier parte del mundo con súper modelos de novias. Tal vez vemos inaceptable “comprar esposas” como hace los árabes, pero... Pues... Lo mismo hace la gente millonaria, atraer mujeres por su dinero. Los humanos somos iguales. 

Quiero hacer un juicio... Ni modos... Es mi blog: 

Entre el interés femenino y el masculino, veo más honesto el masculino ya que por lo menos la belleza de una mujer es parte íntegra de su ser (mente-cuerpo); en cambio, el dinero de un hombre solo es un agregado. 

Viendo el otro lado de la moneda, si me caso en algún momento y resulta que para este matrimonio los factores estéticos y económicos marcaron la pauta de esta unión, le diré a mi esposa: “Yo prometo seguir trabajando mucho para tener dinero para darte, pero tu promete cuidarte para seguir luciendo atractiva”. Si a intereses vamos, los intereses deben continuar como parte del matrimonio, de lo contrario, el contrato matrimonial quedaría inválido. Si de cinismo hablamos, veo lógico este trato. 



P.D.: Insuni es una amiga que visita mucho mi blog y comenta habitualmente; pero hace unos meses hizo equipo conmigo para corregir mis errores de ortografía y sintaxis. Lo malo es que al principio, hacía comentarios en las correcciones que me enviaba, y le pedí que mejor los siguiera haciendo en el blog para que todos lo lean; y así lo hizo. Pero en esta publicación al parecer no pudo dejar las cosas así y no solo quiere comentar, sino tener una publicación especial en contraposición (supongo) a mi punto de vista... Lo cual ¡NO OCURRIRÁ!

... No, no es cierto, claro que ocurrirá; este blog es un espacio abierto para las opiniones distintas; no soy Fidel Castro o Nicolás Maduro... Toda vía. 

Así que si que espera esta antítesis del tema en cuestión, será interesante ver el punto de vista de una chica al respecto. 

6 comentarios:

Insuni dijo...

La indignación no cabe en un comentario ¬¬

David Park dijo...

Tampoco es personal ¡He! El tema es "el interés en el amor", no "hombres vs mujeres" o "Yo nunca viví lo que dices" o "En el párrafo 5, línea 2 te equivocas".

Pero venga =)

Anónimo dijo...

Interesante.... Bastante.... Pero mi opinion quiza no cabe aqui tampoco... Solo concluyo con.... Sabes que yo soy de laa que llamas "luz al final del tunel" si ahora me tocara una pareja y ambos compartir nuestro trabajo en casa ( me refiero, en aspectos generales, gastos, que haceres, y mantenernos atractivos ambos pues si se enamoran de mi en general asi debo mantenerme, a pesar de que ya vivi el otro punto, pero bueno eso fue por otras razones) me agrado mucho!.... Felicidades buen tema!
Criss

David Park dijo...

Gracias =)

Ruth dijo...

bueno pero no crees que el interes femenino en el dinero también cambia según la sociedad? en mexico puede ser pero cuando las mujeres tienen buenas posiciones y sueldos ya no preocupa tanto no? aunque siga existiendo la idea de estabilidad..

David Park dijo...

Sí, cambia según la sociedad, definitivamente.

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