martes, 6 de noviembre de 2012

Madrid: Un año después




La vida de las personas se dividen por hechos importantes. Las frases “esto es un antes y un después” o “Eso fue un parteaguas en mi vida” nos ejemplifican esto. 

Las divisiones de tu vida son como las temporadas de una serie de televisión. En retrospectiva, claramente puedes ver dónde termina una y dónde comienza otra. Puede ser tu paso de la primaria a la secundaria, luego a la preparatoria (bachillerato), luego a la carrera, luego cuando saliste de ella. También puede haber temporadas marcadas por el tiempo que estuviste en un noviazgo y que luego terminó. Tal vez otro fin e inicio de temporada fue tu boda, o un accidente del cual tuviste secuelas feas. 

¿Ya empezaste a identificar tus aperturas y cierres de ciclos, o de temporadas?

Mis dos años en Madrid fueron una gran temporada. Sin duda podría decir que fue “La Temporada”; y claramente veo un antes y un después. 

Ayer cumplí un año de haber vuelto del viejo mundo, y no puedo dejar de acordarme de todo lo vivido allí.

Cuando estaba adaptándome a Madrid todo el tiempo lo comparaba con Mérida, porque así es como experimentamos el mundo las personas, comparando con lo que conocemos; es la naturaleza de la concepción del entorno. En este año de vuelta a casa, no he dejado de comparar mi habitual realidad con la realidad aprendida en Europa y es en esta nueva comparación donde se obtiene una perspectiva más lejana de la realidad y por lo tanto, una visión más clara. Es como si estuvieras frente a un paisaje, pero de repente das unos pasos hacia atrás, y descubres que se trataba de una foto, solo que estabas muy cerca para darte cuenta de eso... Algo así es esto de lo que te hablo. 

Pero bueno, la cosa es que cumplo un año de mi regreso, y ha sido un constante re-descubrir mi ciudad, re-descubrir personas, re-descubrir gustos, re-descubrir como era yo mismo antes de España por la comparación que los demás hacen de mi; como ya dije, es así como asimilamos el mundo, comparando. 

Los que están en la posición de decidir si toman una beca al extranjero o la estudian en Mérida, y me preguntan mi opinión; siempre les digo un rotundo “Vete al extranjero, no lo pienses ni un segundo”. Y si la persona duda en tomar esa decisión, con mayor razón deben irse, el sentimiento de miedo a lo nuevo es lo más peligroso que pueden tener en sus vidas, porque los mantendrá estáticos en lo que sea, y el mundo no es estático. 

Me permito un poco de tiempo mental para recordar por momentos mis mejores momentos de mi temporada europea. Tal vez te parezca aburrido leer mis mejores momentos, pero aunque me encanta que me lean, este blog también está hecho con la intención de que sea una bitácora de vida, así que comparto el 50% del propósito del blog. De cualquier forma, trataré de hacerlo bonito. Así que aquí vamos:


Cuando fui a ver a Zidán, a Figo, a Cafú y a Butragueño al Santiago Bernabeu ¡Por solo 5€!



Cuando visité París, jamás pensé que visitaría París con su torre Eiffel, el arco del triunfo, los campos Eliseos y notre dame, que comería una crepa y una baguet allí mismo. 


Cuando visité Roma y Florencia, yendo a esta última en un tren donde no sabía de donde salía ni dónde debía bajarme, y que al final lo hice bien... Aunque me llovió mares y no pude ver al David de Miguel Ángel, que era mi único motivo para haber ido. Me dio un coraje enorme, pero hoy me me da risa. Sin mencionar el hostal donde dormí con varios extraños que resultaron ser muy agradables y hasta terminé desayunando con dos japoneses. 


Cuando visité Barcelona y me dejó impactado su estética y dije: “¿Porqué no vine a estudiar aquí?”

Cuando me perdí a las 3 de la mañana en Madrid sin saber dónde estaba, ni como llegar a casa, ni si quiera con la certeza de que habían autobuses a esa hora. Al final hubo uno. Y no estaba tan lejos de casa. 

Cuando unos amigos mexicanos me rescataron de mi primera navidad en solitario y me dieron un lugar para celebrar con ellos, y hasta me tocó regalo, y comimos ¡arrachera! Viva la arrachera. El que no sepa que es, no ha vivido. 


Cuando otro amigo mexicano con su esposa me invitaron a comer a las dos semanas de haber llegado a Madrid al saber que era mi cumple y hasta pastel me compraron. También pintaba ser un cumpleaños solo y triste y me rescataron. 

Cuando pasé los primeros 3 meses sin que comiera un sábado en casa, porque diferentes personas me invitaban a comer. 

Mis amigos muy especiales de la escuela, una de Francia, de venezuela, una italiana muy bonita, un metalero ateo con barba larga al que le apodé Jesús, una gótica super dulce, maestros de lo más pintorescos y que me inspiraban sin ellos saberlo. 

Mi fiesta de cumpleaños sorpresa por mis amigos de la iglesia, mi despedida sorpresa también por mis amigos de la iglesia dos semanas después. 

Mi primer beso a alguien que no fuera mexicana =P

El aprender a cocinar y descubrir que me gustaba mucho; aquí en casa solo lo he hecho unas 3 veces, ya no hace falta. 


Mis amigos de la iglesia de muchas partes del mundo. Mis amigas dominicanas divertidas.   Mis amigas Gery, Elena y Keyla que me adoptaron especialmente. Mi amigo brasileño Rodrigo que podría decir que nos llevamos super bien. Guille que no sé porqué somos tan buenos amigos si casi nunca hablábamos. Mis amigos rumanos que me querían mucho no sé muy bien porqué. 

Mi tercer robo de teléfono, ahora mi iPhone 3G el mismo día que se me derramó el café dentro de la mochila. Malditos gitanos (por el robo, no por el café). Sí, es racismo, pero se lo ganan a pulso. 

La primera de 4 lesiones en el tobillo que hasta hoy estoy condoliendo. Creo que es la edad... Seguramente es la edad.

El estar una tarde frente a la ventana de mi habitación viendo caer lentamente la nieve mientras me tomo una taza de café caliente con la calefacción que me daba justo en los pies. 

El iniciar este blog que mucho éxito ha tenido. El aprender lecciones de vida. El perder a mi abuelita y a mi gato sin que yo esté allí. 


Cuando viví la final de la copa del mundo ganada por España y toda su celebración.

Cuando fue la final de la champions league en Madrid entre el Bayer y la Juventus. No entré a verlo, pero el ambiente se sentía en el metro con los aficionados yendo a ver el juego.


Mi única carrera de 10 kilómetros en Europa. 


Mis viajes a muchas ciudades españolas con mis amigos de la iglesia. 

Dar una clase en una escuela secundaria (ESO) española. 

¡Demonios! Acabo de acordarme que siempre quise saltar de un andén del metro al otro andén y nunca lo hice. 


Por su puesto dejo fuera miles de cosas, muchas son las pequeñas que en realidad le dieron forma a la experiencia: esos detalles de gestos de amabilidad hacia mi que era un extraño; el comprobar que puedo valerme por mi mismo, incluso irme de mochilero a otro país; el hacer amigos que se vuelven tu familia; el valorar mi casa y mis padres; el conocer otras formas de pensar radicalmente distintas a las tuyas; el aprender otros usos y costumbres. Todo esto sustenta la verdadera experiencia, lo demás, son cerezas del pastel que hasta el día de hoy, sigo saboreando. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario